“No tenemos medios para influir políticamente”

Si la confusión aumenta, el audiovisual sigue esperando. Por el pacto político que alivie la situación y otro acuerdo, quizá también, consigo mismo. Por la reforma de CRTVG, la disolución del Consorcio Audiovisual —según promesa de Feijóo el organismo que habría de centralizarlo todo, “y no Industrias Culturais”— o la promesa de conservar las ayudas al talento. Según la empresaria y productora Dolores Ben, presidenta de la Asociación de Produtoras Independentes (Agapi) y premio de honra de la Academia do Audiovisual en mayo, un retorno a los noventa es “afortunadamente imposible”.

Pregunta. ¿Hace autocrítica el audiovisual o todo depende de lo que suceda en CRTVG?

Respuesta. Por supuesto que si la TVG no tira del sector todas las empresas se ven afectadas, aunque debamos consolidar otras posibilidades de negocio fuera de Galicia.

P. Las ayudas a largometrajes, como en los noventa, ¿postergarán todo lo demás?

R. Que a nivel autonómico y estatal sólo se convoquen ayudas a producción, quiero pensar que obedece a cuestiones puramente económicas. Otra cosa sería cavar nuestra tumba y una hipoteca para el futuro. Según nos informó Industrias Culturais, las ayudas al talento y al desarrollo de proyectos no se suprimirán, sino que se reformarán y publicarán después del verano. Es evidente que el retorno a los noventa, aunque se quisiese, resulta totalmente imposible, y de eso deberían tomar buena nota nuestros gobernantes.

“Lo normal, ahora más, sería defender la igualdad de oportunidades”

P. En 2010 todos los colectivos del sector, incluida la Asociación de Empresas Galegas do Audiovisual (AEGA), suscribieron un manifiesto contra la parálisis de la inversión pública. No hay unión que valga mientras no se reformen las ayudas a los medios de comunicación?

R. A todos nos afectan los recortes, pero de distinta manera. Agapi y la producción independiente en general siempre lo tuvieron muy difícil. Sólo podemos aportar nuestro trabajo, no tenemos los medios de comunicación de los que disponen otros para influir políticamente. El volumen de producción para TVG hace que una productora sea más o menos dependiente. Está claro que el trato no es el mismo y también que lo normal, ahora más que nunca, sería defender la igualdad de oportunidades. Desconozco la reducción real en la compra de programas y series, nicho casi exclusivo de las productoras dependientes, pero sé que en tres años pasamos de 5 millones a 1,3 en la obligación de TVG, según la Lei Xeral do Audiovisual, de invertir el 6% en producción propia. La reducción es del 74%, y afecta sobre todo a las independientes, es decir, a la mayoría del empleo audiovisual en Galicia. Así poco se puede hacer.