Prior y el ángel del orgasmo
En 'Angels in America', Tony Kushner contrapone las historias de dos parejas homosexuales
¿Cómo funciona la cabeza de quienes, desde dentro del armario, defienden posiciones políticas neoconservadoras, contrarias, por ejemplo, al matrimonio gay? En Angels in America,Tony Kushner contrapone un ácido retrato de dos homosexuales que viven en abierta contradicción con lo que sienten (el abogado Roy Cohn, cuya actividad en la vida real se contó por víctimas, y Joe Pitt, su ficticio colaborador mormón) con el drama personal de Prior Walter, joven infectado por el sida, y Louis, su novio, que viven su sexualidad sin disimulos.
Angels in America
Autor: Tony Kushner. Dirección: Ferdinando Bruni y Elio de Capitani. Teatros del Canal.
El autor estadounidense de origen judío mezcla la comedia política y de costumbres con el drama teológico a lo largo de siete horas entreveradas de visiones, ensueños y pesadillas, siguiendo en esto una tradición que, desde la época de Steinbeck, intenta compensar el excesivo realismo del teatro estadounidense con brotes de un onirismo lírico no exento de humor: ese anuncio de una nueva verdad revelada, que el ángel de la América anglosajona hace al joven Prior en Perestroika, segunda parte de esta obra río, es una parodia formidable de la revelación del Libro de Mormón, cuyas planchas, según Joseph Smith, fundador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, le fueron entregadas en 1823 por un ser angelical.
Al contrario que Smith, Prior Walter acaba plantando cara al ángel, rechazando su legado y negando la posibilidad del regreso de un Dios que dejó al hombre a su suerte.
De la primera parte de Angels in America recordamos el vigoroso montaje de dimensiones operísticas de Josep Maria Flotats con el Teatre Nacional de Catalunya. Este de Teatro dell’Elfo, resuelto en formato de cámara, está bien contado por un grupo de nueve actores que se multiplican con efectividad, especialmente en El milenio se avecina. El comienzo de la segunda parte, narrativo y redundante, se resiente también del tono extravertido de una interpretación cuyas voces, amplificadas a veces en exceso, adquieren una dimensión cinematográfica acorde con el potente audiovisual que Ferdinando Bruni y Elio de Capitani, directores del Teatro dell’Elfo, emplean en casi todo momento para dar a su montaje espectacularidad y empaque.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.