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día mundial del medio ambiente

Vitoria centra su primer semestre como capital verde en la economía

Varias personas, en un punto del anillo verde
Varias personas, en un punto del anillo verdeL. RICO

El cuidado del medio ambiente y la apuesta por la sostenibilidad, se llevan por dentro. Esa es una de las razones por las que el año de la Green Capital llega a su ecuador con la sensación de la ciudadanía de que la Capitalidad Verde Europea se vive al calor de la intimidad, con un título que no ha ha traído a la capital alavesa grandes eventos ciudadanos.

 Vitoria vive su título de capital verde europea con la naturalidad de una ciudad que ha trabajado la sostenibilidad desde hace tres décadas y sin sorprenderse ante una realidad inapreciable en otras urbes, la mimetización de los espacios verdes se mimeticen con el asfalto. “Es un premio a tres décadas de ciudad con conciencia medioambiental, lo llevamos en los genes”, resalta Fernando Cuesta, presidente de la asociación de vecinos Iparralde-Zaramaga. Cuesta recuerda cómo los humedales de Salburua, que hacen hoy las veces de un privilegiado tránsito de la ciudad a la Llanada alavesa por el este, han pasado de ser una zona olvidada a ser uno de los principales activos naturales de la ciudad.

La primera ciudad del sur de Europa que ha logrado este galardón –Hamburgo y Estocolmo le precedieron, y le sucederá Nantes— tiene 284 días por año de aire de calidad —que no de sol—, 130.000 árboles en sus calles y la virtud de poder realizar la mitad de sus desplazamientos a pie. Muestra con orgullo las cifras que apuntan a reducciones del consumo de agua por habitante en un 20% en la última década —es, además, una de las ciudades europeas con menos fugas en su red, junto con Viena y Ginebra— y recicla un 65% más de envases que la media española y un 77% más en papel y cartón.

La capital vasca recicla un 77% más papel que la media española

En resumen, “la ciudad en la que a todos nos gustaría vivir”, según las palabras del comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik.

Por todo ello, la capital vive el título con naturalidad, sin grandes sobresaltos. Son los distintos talleres ciudadanos y los pequeños detalles del día a día, todos ellos impulsados por la creatividad que se anima en este tipo de situaciones, los que recuerdan a la Green Capital: reposteros que elaboran trufas de color verde incorporando té a estos dulces, elaboradas recetas que se asemejan a la niebla que se cierne sobre el anillo verde por las mañanas, una bebida verde que se sirve los viernes en el exportado fenómeno vitoriano del pintxo-pote... Otros proyectos nacidos al calor del título han pasado ya a la historia, como el bar Green Capital, que cerró sus puertas antes incluso de que se inaugurara la capitalidad, tres meses después de su apertura.

La primera mitad de la Green Capital ha transcurrido con un marcado enfoque institucional, más que por vivir en la calle de forma comunitaria el reconocimiento europeo. El año verde está logrando su mayor visibilidad mediática y social en los múltiples acuerdos de colaboración y rúbricas de convenios, el último ayer. El Ayuntamiento está apostando por que nadie tenga ninguna duda en apuntar dónde está Vitoria en el mapa y en construir puentes con instituciones y empresas del exterior y las alavesas que trabajan en el ámbito de la movilidad sostenible —la ciudad californiana de Anaheim, en la que se ubica el parque temático Disneyland, ha visitado la capital para conocer sus detalles—, el medio ambiente y las energías renovables.

El alcalde de la ciudad, Javier Maroto, explicaba semanas atrás en conversación con este periódico que “es imposible lograr todo el dinero que estamos consiguiendo sin el logotipo de la Green Capital”. Lejos de centrarse en el ámbito nacional o el europeo, las fronteras de estos vínculos se han difuminado: “para mi sorpresa, países como China y Brasil vienen a comprarnos material medioambiental”, señala. Además de fronteras hacia fuera, Maroto destaca el título como vertebrador de la sociedad: “en el País Vasco faltan señas de identidad que nos unan a todos, y esta es una de ellas”.

Los vitorianos presencian por estas fechas una gran afluencia de visitantes desconocida hasta la fecha, un auge del turismo en Vitoria “innegable” para su alcalde, que el primer edil contrasta con la tendencia de las otras dos capitales vascas. Mantener esta tendencia y garantizar que el 2012 sirva para publicitar a la más desconocida de las capitales de provincia vascas es otro de los objetivos. Sin embargo, el ecologista Andrés Illana resalta que “se está buscando salir en el mapa, que se sitúe a Vitoria desde el extranjero, pero en la propia ciudad no se está interiorizando demasiado”. A falta de grandes actos públicos —”la capitalidad es un reconocimiento a una trayectoria y a un futuro, no es un evento”, alega Maroto—, otro de los detalles que recuerdan el título es una escultura de musgo que se ha convertido en la portada de la ciudad, en plena plaza de la Virgen Blanca. Un musgo, no falto de polémica, recuerda Illana, ya que ha recibido denuncias de que se trata de una especie protegida. “Es bastante lamentable, es como si el logo de la capitalidad cultural de San Sebastián 2016 tuviese una falta de ortografía”, concluye.

Al margen de la exposición al extranjero de la ciudad, Maroto recuerda que el título que ostenta Vitoria en 2012 “es como el Premio Nobel del medio ambiente, pero con la diferencia de que te lo dan sin dinero y te lo tienes que buscar tú”. Además de las inyecciones económicas, la Green Capital se sostiene con la aportación desinteresada de los ekolaboradores, nada menos que 137 voluntarios que participan con una mayor intensidad en las distintas tareas de la capitalidad, y con el apoyo de 400 empresas que se han adherido al Pacto Verde.

Maroto: “En Euskadi faltan señas que nos unan. Esta es una de ellas”

Pero una ciudad, como las personas que la habitan, es también contradictoria. Y, en el año de apostar por la movilidad sostenible, Vitoria no soslaya las contradicciones en esta línea. Con una semana destinada a la bicicleta, con talleres para reparar este transporte que está en su momento de mayor auge, la capital ha perdido su sistema de alquiler gratuito de bicicletas, cuya renovación está en suspenso por trifulcas políticas entre el Ayuntamiento y el Gobierno vasco. Un medio de transporte que, además, se ha convertido en uno de los principales activos para los cacos de la ciudad, que no han dado ni un respiro para incrementar su actividad un 25%. De hecho, en el último fin de semana de mayo, la Policía Local registró 15 denuncias por hurtos de bicicletas.

Una ciudad que presenta su sistema de movilidad para exportarlo —no en vano, desde 2008 ha crecido en un 45%, entre otras cuestiones por la puesta en marcha del tranvía que une el centro con el norte de la ciudad—, pero que acaba de conectar nuevos barrios construidos en su periferia con el transporte urbano. La mitad de los desplazamientos se realizan a pie y el coche, omnipresente en las vidas de muchos habitantes de otras ciudades es el medio de transporte empleado el 28,3% de los desplazamientos. Su plan de movilidad está entrando en un “parón preocupante”, a juicio de Illana, ya que se tenía que haber puesto en marcha este año la prueba piloto de una de ellas, la creación de una supermanzana que permita probar la creación de islas semipeatonales en la ciudad, cerrándolas al tráfico que tan solo cruza esas zonas.

Otro de los borrones de la ciudad es la densidad de los nuevos barrios. “nos hemos comido todo el suelo que había por comer”, con un crecimiento de las viviendas “totalmente desproporcionado con respecto al crecimiento de la población” que ha agudizado la realidad de los pisos vacíos de Vitoria y la creación de barrios que “no son sostenibles, ni urbanísticamente, ni en la gestión de las basuras, ni en la movilidad”. La redensificación planteada años atrás está ahora “en entredicho”, explica Illana, por el cambio de color del equipo de gobierno municipal.

En el calendario de la Green Capital están marcadas en rojo fechas como el acto, a finales de mes, de la designación de la capital europea de 2014, la que sucederá a Nantes, ya designada para el próximo año. Hoy Vitoria inaugurará en el Palacio de Congresos Europa una exposición en la que los visitantes podrán conocer las características de las tres capitales verdes europeas designadas hasta la fecha.

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