Hallados restos de ‘trankimazín’ en ocho de los bebés de Vigo
Una niña sufrió intoxicación "moderada" y el resto, leve o muy leve, según los analistas
De los nueve bebés atendidos en el Hospital Xeral de Vigo por su sedación con trankimazín en la guardería La Camelia, una niña, la primera que fue atendida, sufrió una intoxicación “moderada”, mientras que para otros siete fue leve o muy leve, según los peritos que declararon ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial contra N.V.G., entonces (marzo de 2010) cuidadora de la guardería y para la que la fiscalía pide 14 años de prisión por un delito contra la salud pública y cinco de lesiones.
Los peritos del Instituto Nacional de Toxicología garantizaron sus resultados como “inequívocos” y señalaron que seis de los bebés habían sido sometidos al menos a dos exposiciones al principio activo del trankimazín, según se derivó de las dos secciones del pelo de cada uno que pudieron analizar; el cabello del resto no tenía la longitud necesaria para esa comprobación.
Dado que en las analíticas realizadas en el Hospital Xeral nueve bebés dieron positivo y en Madrid solo se confirmaron ocho, una forense del juzgado explicó que el positivo de uno de los bebés en el hospital fue débil y pudo deberse a una contaminación, de modo que “no hay dato objetivo que acredite” que le fueron administradas las benzodiacepinas del trankimazín.
Unos casos dieron negativo en la analítica de orina y positivo en la del pelo y, por el contrario, otro dio positivo en la orina y negativo en el pelo. Los expertos explicaron que el cabello almacena los tóxicos que bien podrían haberse eliminado en orina y, respecto al caso contrario, que las sustancias estudiadas se administran en dosis muy bajas, por lo que llegan al pelo en cantidades ínfimas, mientras que su presencia en la orina es “más fácil de detectar”.
“Denigrante”
Nadie pudo precisar el momento en que fue administrado el sedante a los bebés, ni por aproximación, ya que es la primera vez que se hace el estudio en lactantes, adujeron los expertos (en adultos es factible la periodificación por el crecimiento del cabello). Una de las analistas consideró “una barbaridad” la presencia de benzodiacepinas en lactantes y la propia acusada, en la entrevista que tuvieron con ella los psiquiatras, tachó el hecho como “denigrante”.
Los psiquiatras confirmaron su cuadro “ansioso-depresivo” y una “tendencia obsesiva al orden, meticulosidad y también rasgos histéricos de personalidad”, con un mal manejo de la afectividad.
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