El juez deja en libertad a cuatro de los últimos detenidos por el 29-M
Puig comparece en Parlament ha sido sido seguida por la sindicalista de la CGT y por dos estudiantes que fueron encarcelados por los disturbios del 29M
La huelga general del 29 de marzo en Barcelona dejó un reguero de destrozos en el corazón de la ciudad. Pero no solo eso. Los graves altercados siguen trayendo cola dos meses después. Tanto policial —con un goteo de detenciones desde entonces—, como políticamente. Ayer el consejero de Interior, Felip Puig, compareció en la comisión de Interior del Parlament para dar cuenta de lo sucedido. Paralelamente, el juez de guardia dejó en libertad con cargos a cuatro personas de la última oleada de arrestados.
Entre el martes y el miércoles, la policía catalana detuvo a 10 personas, que elevan a 100 la cifra detenciones desde el 29-M. Dos de ellos ingresaron en prisión preventiva acusados de haber agredido a un hombre y dañar su taller de coches en Barcelona. Ayer trascendió que el titular del juzgado número 2 de Barcelona decretó libertad para las últimas cuatro personas arrestadas, informa Efe. En tres casos no podrán participar en manifestaciones ni concentraciones hasta que no haya una resolución firme contra ellos. Así, de los 10 detenidos, ocho están en libertad con cargos.
Interior investiga si hubo exceso en el arresto de dos sindicalistas
Hasta el momento, son ya cuatro las personas que han ingresado en prisión por los graves incidentes. Tres de ellos, Isma, Dani y Laura, que ya están en libertad después de haber pasado casi un mes entre rejas, asistieron ayer como invitados a la comisión de Interior, en la que Puig rindió cuentas por el 29-M.
La oposición arremetió contra el titular de Interior por su gestión tanto el día de los altercados, como en las posteriores detenciones de estudiantes y sindicalistas. El diputado del PSC Joaquim Llena le llamó “chapucero”.
Pero el consejero defendió la actuación del departamento que dirige con mano férrea. Y pidió nuevamente que se deje de dar “cobertura intelectual” a los vándalos. “No se puede condenar la violencia y después disculpar a los violentos”, reprochó. E insistió en que el riesgo de que se repita la violencia callejera es alta porque los que la instigan actúan con una estrategia planificada.
El diputado de ICV-EUiA, Jaume Bosch, pidió al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que destituya a Puig. “Es el consejero más inadecuado en unos momentos en los que la tensión aumenta”, espetó. A lo que Puig respondió sacando a relucir los viejos tiempos en los que el grupo de Bosch dirigía Interior. Se refirió a un departamento que actuaba como un “cangrejo con tortícolis” donde “daban pasos atrás y miraban hacia otro lado” y que se vio incluso obligado a desconvocar una cumbre de vivienda, en 2006, por temor a incidentes.
Puig sostuvo también que los Mossos no detienen a estudiantes o sindicalistas, solo a personas que cometen delitos. Tras su comparecencia, Laura Gómez, sindicalista de CGT que pasó casi un mes en prisión, le acusó de ser un “cínico”.
En su intervención, el responsable de Interior se enfrentó también con el diputado de SI, Alfons López, que le pidió que expulsase del cuerpo al comisario de los Mossos d’Esquadra, David Piqué, por una tesis que escribió en 2009 en la que recomendaba dejar hacer a los violentos para luego criminalizarlos. Puig quitó hierro al documento académico, y dijo que en ningún caso rige las políticas del departamento. Asimismo, Puig anunció que ha abierto una investigación interna para aclarar si se cometió algún exceso en la detención de dos sindicalistas de Seat, también relacionados con los incidentes de la conflictiva huelga.
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