Orquestas demasiado rígidas
Un estudio culpa al “poder absoluto” de los directores de las enfermedades profesionales que sufren los músicos
“La autoridad del director compromete la seguridad y salud de los músicos”. Esta una de las principales conclusiones del estudio La organización del trabajo y la estructura de la empresa, elementos clave de los riesgos laborales en las orquestas sinfónicas, presentado ayer en Bilbao por su autora, María José Laguna Millán, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales. Este funcionamiento “rígido y jerarquizado” estaría trás de las enfermedades que padecen estos profesionales, como problemas del movimiento y en las articulaciones (distonía), pérdida de audición (hipoacusia e hiperacusia) y otras.
El director, resaltó Laguna, ostenta un “poder absoluto” que le permite, por ejemplo, distribuir a los músicos según le parezca. “Esto hace que pueda colocar los metales muy cerca de otros instrumentistas”, indica. Asimismo, “puede situar a 80 o 90 músicos en el foso, cuando el espacio no da para más de 60”. “También puede acercar a la soprano de un coro cerca de las cabezas de los violinistas, o elegir representar seguidas las partituras más ruidosas”, expuso la autora.
Por tanto, concluyó, "solo una parte de los problemas de salud de los músicos son atribuibles a la práctica del instrumento musical en sí”. El resto son de origen organizativo.
Para realizar el estudio, Laguna ha trabajado tres años con las 26 orquestas sinfónicas que existen hoy en España. En total, ha realizado 309 encuestas y organizado siete grupos de discusión.
Las dolencias más comunes afectan a la audición y los movimientos
El motivo de la presentación del informe en Bilbao fue “el buen trabajo en defensa de las enfermedades profesionales de los músicos que se está haciendo en Euskadi”, indicó el responsable federal del Área de Músicos y Artistas de la Federación de Servicios de CC OO. “Ha sido aquí donde se han conseguido las primeras sentencias favorables”, explicó. Se refería a la emitida por un juzgado de San Sebastián en diciembre del pasado año, que reconoció la sordera profesional de un músico trombón de 50 años con 24 de antigüedad en la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Días antes, otro juez había confirmado idéntica dolencia en un violinista de la misma orquesta.
Laguna destaca en su estudio la “nula existencia” de planes de prevención de riesgos laborales en las orquestas españolas. La especialista lo achacó a que los músicos son “artistas que nunca se ha preocupado por defender su salud”.
