El fiscal cuestiona la instrucción de Alaya

La Fiscalía Anticorrupción se ha quejado ante la juez del caso de los ERE, Mercedes Alaya, porque sus escritos no son aportados a la causa tan pronto son presentados. Los fiscales consideran que estos retrasos le producen “indefensión” como acusación pública. “La decisión de no unir los testimonios interesados, causa al ministerio público indefensión al no poder aportar dichos testimonios como soporte”, alega la Fiscalía Anticorrupción en un escrito ante Alaya del pasado 8 de mayo.

El ministerio público considera “errónea” la argumentación de la magistrada cuando afirma que los escritos “por esta parte presentados no forman parte de las actuaciones por el mero hecho de no estar proveídos”. Es decir, el matiz es que la fiscalía estima que un escrito está incorporado a la causa tan pronto como lo envía al juzgado, mientras que Alaya asegura que el documento debe haber sido enviado al resto de partes personadas para que el escrito conste como incorporado a la causa. Y este reparto acumula un gran retraso ante la dimensión de la causa.

Estos pareceres distintos tienen su importancia en este caso de múltiples aristas. La queja de Anticorrupción viene motivada porque Alaya decidió no incorporar sus escritos sobre las sociedades de Juan Francisco Trujillo, antiguo chófer encarcelado del ex director general de Trabajo Javier Guerrero, antes de elevar a la Audiencia Provincial la pieza separada sobre su libertad. Tanto Trujillo como Guerrero se encuentran en prisión preventiva.

Por otra parte, el nuevo consejero de Justicia, el fiscal en excedencia Emilio Llera, volvió a pronunciarse sobre Alaya y a meterse en un embrollo. “Confío en la juez porque es una mujer muy trabajadora, que está llevando varios procesos judiciales complicados adelante y sigue estando muy guapa”, dijo desde Cádiz. Llera matizó que “avala” a la juez y “respeta” sus decisiones, pese a discrepar.

El PP censuró sus palabras “por faltar el respeto a las mujeres”. La portavoz regional del PP, Rosario Soto, le acusó de faltar el respeto “en tiempo récord”. “El nuevo consejero ha pasado en el terreno profesional del acoso a la adulación y ninguna de las dos cosas suponen respeto”, incidió Soto.

Tras la polémica, Llera quiso matizar sus palabras y rechazar un posible “machismo”: “En ningún momento he querido ser ofensivo. Al contrario, lo que he pretendido es elogiar su esfuerzo y la gran capacidad de trabajo en la labor que realiza al frente de su juzgado”. Llera dijo que quizás se expresó en “términos coloquiales”, “fruto de la amistad que les une”.