La Virgen del Cau Ferrat de Sitges ya tiene quien le rece

Entre los miles de obras que conserva el Museo del Cau Ferrat de Sitges, reunidas por el afán coleccionista de Santiago Rusiñol, figura la imagen de una Virgen del Rosario. Hasta ahora esta pintura en tabla, perteneciente a un retablo del siglo XVI pintado por el leridano Joan Pau Guardiola, más conocido por Joanot de Pau, estaba sola. Desde ahora ya tiene quien le rece, aunque sea a distancia. El Museo de Lleida Diocesano y Comarcal, a través del Departamento de Cultura que dirige Ferran Mascarell, adquirió el mes de octubre, en Christie’s de Londres, un fragmento del mismo conjunto, fechado entre 1500 y 1510, en el que tres personajes arrodillados rezan a esta imagen envuelta en rayos solares y encerrada en una mandorla. La pintura sobre madera de 88,3 x 66,1 centímetros costó 9.100 euros.

En la tabla, uno de los cuatro personajes representados, ricamente vestidos y armados, lleva un rosario idéntico al que sostiene la Virgen en la obra de Sitges. Los hombres se encuentran en una especie de balconada desde la que se ve un paisaje con una ciudad amurallada y montañas puntiagudas. Para la directora del Museo de Lleida, Montserrat Macià, y el conservador Alberto Velasco, no hay duda de que las dos obras pertenecen al mismo retablo. Queda claro por el pavimento y la túnica del principal de los personajes arrodillados, que pasan de una obra a otra.

Es verdad que el fragmento de Sitges es de mayor altura que el de Lleida. Es porque este se ha recortado, como les ocurre a otras pinturas, como consecuencia de su entrada en el mercado de arte y antigüedades a comienzos del siglo XX.

Según Macià, que presentó la obra el miércoles junto con el director general de Patrimonio, Joan Pluma, la obra El milagro de la Virgen del Rosario y el caballero de Colonia es importante para su museo porque Guardiola es un autor de Cervera activo en la primera mitad del siglo XVI en la Segarra, el Solsonès y las zonas pirenaicas. “Es una obra inédita del catálogo del arte catalán de un pintor paradigmático del primer Renacimiento de las tierras leridanas”. Además, “la obra enriquece este momento cronológico dentro del fondo del museo, en el que está poco representado". El Museo de Lleida ya cuenta con El calvario de Castellnou d’Oluges (1518), la única obra documentada de este autor, y otras que se le atribuyen se pueden ver en el Museo de Cervera, el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona y el retablo de la iglesia de Ivorra, con el que la nueva obra tiene muchos puntos en común.