Votos y porras en la UAB

La Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) se despertó ayer jueves bajo vigilancia policial. Al menos una decena de furgones de la Brigada Móvil de los Mossos (el cuerpo de los antidisturbios) custodiaron el campus desde primera hora de la mañana para evitar incidentes que pudieran enturbiar la jornada electoral al recortado. El gobierno de la UAB había pedido, según confirmaron fuentes policiales, la presencia de los Mossos, ante la posibilidad de que se produjeran protestas estudiantiles.

Las asambleas de estudiantes de la UAB habían decidido extender la huelga general del sector educativo del pasado 22 de mayo dos días más, para hacer coincidir la protesta con la jornada electoral de ayer. Estos días de paro adicional, que han tenido escaso seguimiento, incluían acciones que ya se están convirtiendo en tradición de estas protestas estudiantiles, como el corte de tráfico de la autopista AP-7, el bloqueo de los accesos al campus por carretera y la suspensión del servicio de los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) en la estación de la UAB.

La presencia de los Mossos sorprendió a los estudiantes y los disuadió de llevar a cabo el bloqueo. Eso sí, montaron barricadas en el acceso a la estación de FGC, que el servicio de seguridad de la Autónoma se encargó de retirar. La policía catalana también evitó que se suspendiera la circulación de los trenes.

Los estudiantes organizaron entonces de forma improvisada a través de las redes sociales, una marcha por el campus para protestar por lo que consideran la “militarización” de la universidad. La protesta, que reunió a unos 250 estudiantes, partió al mediodía de la plaza Cívica de la UAB hasta el rectorado (cerrado a cal y canto). Allí los jóvenes tiraron huevos contra la fachada y pocos minutos después se dirigieron hasta la estación de FGC, donde una veintena de mossos se había atrincherado. Aquí se produjo algún momento de tensión con los agentes de seguridad de FGC, pero la protesta no fue a más y se disolvió en la plaza Cívica 45 minutos después.

Maria Garcia, portavoz del Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes, rechazó enérgicamente la presencia de los antidisturbios en el campus. “La universidad no es un espacio para los Mossos ni para ninguna policía. Parece que volvemos 30 años atrás”, lamenta Garcia. Por su parte, Ermengol Gassiot, miembro del comité de empresa de la UAB, se manifestó “muy preocupado” por el hecho de que “un tema de política universitaria [en referencia a los recortes presupuestarios] se convierta en un problema de orden público”. El rectorado de la Autónoma, por su parte, declinó hacer valoraciones del dispositivo policial y de los incidentes.

Unos 250 jóvenes se encararon con unos 20 policías pero no hubo incidentes

Las protestas de ayer se suman a la retahíla de incidentes que la Autónoma ha vivido este curso debido a los recortes presupuestarios, que han dejado al campus con 43 millones menos de presupuesto en los dos últimos años. El ambiente en él ha sido especialmente tenso esta semana, debido a los dos intentos (el lunes y el miércoles) del rectorado de aprobar el recorte de 200 plazas de docentes para el próximo curso.