Charlotte Gainsbourg y Earth, Wind & Fire, en Veranos de la Villa
Julieta Venegas, Erikah Badu, Cocorosie y Miguel Poveda estarán también en el festival Los conciertos se trasladan este año al Circo Price El Ayuntamiento se va a ahorrar unos 700.000 euros con respecto al año pasado
Por primera vez en su historia los Veranos de la Villa, el clásico festival de conciertos estival, se pone a cubierto. El Circo Price acogerá más de 30 espectáculos musicales de esta nueva edición: "Esta elección redunda en un ahorro que se verá reflejado en un beneficio para los ciudadanos y para el propio Ayuntamiento, además de en una mayor calidad de sonido", argumentó Manuel Lagos, director general de planeamiento y actividades culturales. Concretamente el consistorio se va a ahorrar unos 700.000 euros con respecto al año pasado, cuando alcanzaron un coste total de 2,89 millones de euros euros. Los madrileños y visitantes pueden encontrar entradas por entre 25 y 45 euros (www.entradas.com).
Este año el festival arrancará en el Price el 27 de junio, con un concierto de la actriz y cantante, hija de Jane Birkin, Charlotte Gainsbourg. Pero, hasta el 29 de julio (y hasta el 12 de agosto en años venideros, porque quieren ampliar los días de festival), pasarán por el escenario del circo estable de Madrid Nneka (la cantante de soul más hiphopera de origen nigeriano-alemán), una de las artistas madrileñas con mayor proyección internacional como Russian Red, la mexicana Julieta Venegas, una asidua al festival como Erikah Badu, unos reyes del funky como Earth, Wind & Fire, lo mejorcito del flamenco patrio con Miguel Poveda y Tomatito, o las hermanas Sierra y Blanca Casady (Cocorosie), con su singular neo-folk. Y aún quedan "cuatro o cinco cabezas de cartel por confirmar". Toda la información se podrá encontrar en www.veranosdelavilla.esmadrid.com.
Al cartel del Pirce habrá que sumar los espectáculos que ocupen los jardines de Sabatini, el Conde Duque y el Centro Cultural Matadero, y que serán presentados más adelante.
Con este nuevo emplazamiento a cubierto, el Circo Price (con un aforo de unas 1.300 personas) se consolida como sala de conciertos, adquiere una gran programación para el mes de julio y gana una serie de infraestructuras técnicas (equipos de luces y sonido) que, en lugar de ser alquiladas como se hacía habitualmente para estas ocasiones, han sido compradas para la ocasión y que permanecerán en ese espacio para eventos futuros: "Me siento profundamente orgulloso de esto", dijo Pere Pinyol, coordinador ahora también de los Veranos.
Lagos no negó que el Centro Conde Duque era el lugar original de este festival y "probablemente el ideal", pero argumentó el cambio aportando motivos económicos y técnicos (el peso de los escenarios y todo lo que aparejan parece ser superior a lo que es recomendable que soporte ese macro centro cultural recién reformado). Durante las negociaciones previas a la elección del nuevo emplazamiento, los promotores musicales eran partidarios de recuperar el Conde Duque y mantener o recuperar (ya que en los últimos años estuvieron ubicados en los escenarios de la Puerta del Ángel) su sitio originario.
Para no dejar a los Veranos sin aire (libre), todos los espacios adyacentes a la carpa estable del circo serán transformados en "enormes terrazas" (con y sin hamacas) a las que se podrá entrar sin necesidad de acudir acudir a los conciertos. Curiosamente, esos espacios, según explicó Pinyol, se conformarán con mobiliario de otros espectáculos ya celebrados en la capital: serán terrazas recicladas y adaptadas. Eso sí, el horario se limita hasta las 23.30 de la noche. Después, "el que quiera, podrá disfrutar a diario de más música en vivo en el café teatro", apostilló Pinyol.
El cierre de los Veranos, los días 30 y 31 de julio, se encargarán de ponerlo este año un séquito de bandas emergentes de la ciudad.
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