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La Lady Gaga del siglo XVI

Los 23 trajes expuestos en la Pia Alomina de Barcelona recrean el lujo del Renacimiento italiano

José Ángel Montañés
Vestido de Isabel de Este realizado a partir del cuadro de Julio Romano pintado de 1524.
Vestido de Isabel de Este realizado a partir del cuadro de Julio Romano pintado de 1524.CARLES RIBAS

Isabel de Este, marquesa de Mantua y esposa de Francisco II Gonzaga, fue una de las primeras fashion victim de la historia. Sus apariciones en las fiestas en las que se daba cita la aristocracia italiana del siglo XVI donde acudían los Medicis, los Este y los Gonzaga, siempre causaban sensación y marcaban tendencia, ya que siempre procuraba superar a la anterior. Entre los elementos que más la caracterizaban estaban, aparte del uso de prendas de piel, sus increíbles plataformas de más de 20 centímetros y sus pelucas, capliagari, de más de quince, que le hacían parecer mucho más alta y esbelta, pese a su mediana estatua y su constitución redonda. Isabel no podía dar un paso sin la compañía de dos de sus damas que le aguantaban encima de sus altos zapatos para no perder el equilibrio. Sin embargo, su estilismo fue copiado por las mujeres de toda Italia y traspasó fronteras, ya que era admirada en la corte francesa. Pero detrás de esta imagen frívola, Isabel era una mujer culta capaz de recitar a Virgilio y Terencio de memoria que protegió a músicos, escritores y pintores como Tiziano, Rafael, Giovanni Bellini y Leonardo. Además, era capaz de tocar el laúd y una excelente bailarina. Era según Niccolo da Correggio “la primera dama del mundo”.

Detalle de uno de los trajes de la exposición.
Detalle de uno de los trajes de la exposición.CARLES RIBAS

En Barcelona se puede ver uno de los espectaculares trajes de terciopelo negro y oro que lució esta Lady Gagá de su época. Es en la exposición Renacimiento príncipes reyes, organizada en el Museo Diocesano ubicado en la Pia Almoina (hasta el 9 de septiembre) en la que se muestra junto a otros 22 lujosos vestidos que vistieron los príncipes italianos y también reyes de la corte española. Además, según Fausto Fornasari, comisario de la muestra, en el traje de Isabel (realizado a partir de un retrato de Julio Romano de 1524), se repite un nudo negro bordado en relieve en la tela inventado por el propio Leonardo, según ha identificado él y su equipo de la asociación Invito a Corte. No ha de resultar extraño si tenemos en cuenta que el pintor realizó un retrato, de perfil de Isabel, que si bien no terminó se exhibe en el Louvre.

Según Fornasari, la colección completa está formada por 80 trajes de los siglos XVI y XVII, de los que han viajado a Barcelona 23, entre ellos cuatro inéditos que pertenecieron a Felipe IV y su corte española, como uno de la reina Margarita de Austria, embarazada, que contrastan por los colores oscuros frente al colorido de los príncipes italianos; varios de Leonor de Toledo, duquesa de Florencia, en terciopelo y oro, que introdujo en la moda italiana los dibujos moriscos que tanto gustaban a las damas españolas; uno de gala de Vicenzo Gonzaga, IV duque de Mantua, uno de los hombres más elegantes de su época, con sus ajustadas medias blancas y calzón cortón ricamente bordado en oro. Para Fornasari lo más complicado ha sido recrear en tres dimensiones las dos que aparecen en las pinturas; una labor de “reconstrucción que ha contado con una gran investigación, diseñadores, tejedores, bordadores y artesanos de metal que en algunos casos ha llevado hasta seis años de trabajo”, según el comisario. La primera decepción que invade al visitante al comprobar que los trajes no son los originales queda compensada cuando Fornasari explica que “las telas se quemaban para obtener el hilo de oro de los bordados. Solo quedan pequeños fragmentos”.

Tres de los trajes de la exposición.
Tres de los trajes de la exposición.CARLES RIBAS

Preguntado Fornasari por la serie de televisión inglesa de Los Tudor, caracterizada por la crueldad de los personajes y la riqueza del vestuario, el italiano asegura que en la serie hay mucho de efectos digitales y “que los trajes no son tan auténticos como los de la exposición”.

Creados para ser exhibidos por primera vez en el Palacio Ducal de Mantua los vestidos han dado la vuelta al mundo y se han podido ver en diez países. A Barcelona llegan por segunda vez --ya que en el año 2000 se exhibió parte de la colección en el palacio de Pedralbes--, de la mano de la aseguradora Generali Seguros. El día de la inauguración los trajes tomaron vida: varios actores recibieron a los primeros visitantes. Por un momento Barcelona parecía la Italia del Renacimiento.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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