#madrid
La semana de las celebraciones del primer aniversario del 15-M coincidió con un nuevo terremoto financiero, esta vez con epicentro en Madrid.
La semana de las celebraciones del primer aniversario del 15-M coincidió con un nuevo terremoto financiero, esta vez con epicentro en Madrid. Fue un oportuno recordatorio de alguno de los motivos que en mayo de 2011 sacaron a la calle el desencanto colectivo.
Brote en la banca. La salida de Rodrigo Rato de la presidencia de Bankia fue solo el primero de un rosario de anuncios que desembocó en la nacionalización de facto de la entidad. Una vez más, las redes volvieron a transportar la sensación de que siempre hay dinero del contribuyente para sostener los comprometidos balances de un sector, el de la banca, poco dado a la generosidad. Con el agravante de unos recortes cada vez más presentes en el discurso político. Fue este inesperado clima el que hizo reverdecer la indignación, muy patente en etiquetas del tipo #hagamoscomoislandia [en referencia al enjuiciamiento de sus gestores públicos], #ConElDineroDeBankia o #NiUnEuroMas.
Otra copa en Madrid. La ira desatada con el sobresalto bancario se diluyó parcialmente el miércoles a base de entusiasmo atlético. Como en toda gran noche de fútbol que se precie, Twitter rebosó de motivos para amar unos colores, en este caso la combinación rojiblanca, y a un futbolista, esta vez de nombre Radamel. La posterior celebración en Neptuno dejó en la Red cientos de fotos para el recuerdo pero también decenas de quejas por el incomprensible blindaje policial de la fuente y por el posterior arrebato de barbarie callejera.
Silencio roto. La presidenta Aguirre, callada en las redes durante la marea alta de la crisis de Bankia, volvió a tuitear para felicitar al Atlético de Madrid por su Liga Europa. Un asunto sin duda mucho más agradecido que la zozobra de una entidad en la que hizo y deshizo con naturalidad durante años.
Maquinaria engrasada. El Movimiento 15-M llegaba a la gran cita de ayer en Sol cargado de motivos, pese a lo cual no descuidó una de sus grandes virtudes: la capacidad de movilización e información a través de las redes sociales. Con la experiencia acumulada durante el año, los distintos nodos de comunicación del colectivo indignado se coordinaron hábilmente para hacer triunfar cada día un hashtag distinto en la lista de temas calientes (Twitter penaliza la redundancia a la hora de destacar unos sobre otros). Los más populares fueron #AlaPlaza12M, #12M15M y #12mGlobal, útiles guías para todo el que quisiera saber del discurrir de las marchas que ayer se fundieron en el centro de Madrid .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.