El juez envía a prisión a 13 miembros de una banda de proxenetas búlgaros

El juez ha decretado prisión para 13 de los 15 detenidos como presuntos miembros de una banda de proxenetas búlgaros que obligaban a prostituirse a una veintena de mujeres de la misma nacionalidad en Girona. A todos se les imputa un delito de tráfico de personas, así como varios delitos de coacciones y amenazas, informan fuentes cercanas al caso. Las mujeres vivían en varios pisos alquilados a Marti Armadà, alcalde de Vilabertran, en Figueres. Entre los imputados hay tres mujeres que se encargaban de ejercer un férreo control sobre las chicas, explotadas en la carretera N-II y en un hostal de la localidad del Alt Empordà.

La Policía Nacional, que ha conseguido desarticular la banda, no da por cerrada la investigación, que se centrará ahora en analizar los bienes patrimoniales de los proxenetas. Entre los detenidos hay un menor de edad, que ha sido enviado a un centro de internamiento. Un ciudadano rumano, también imputado en la operación, ha quedado en libertad. La Operación Danubio terminó ayer después de dos días de registros y detenciones en varios pisos de la calle Magre de Figueres y en el Hostal Don Pepe, en la carretera de Roses.

El alcalde de Vilabertran (ERC) declaró el martes como testigo al ser el arrendador de varios de los pisos donde vivían los proxenetas y las chicas. Armadà declaró a este periódico que desconocía lo que sucedía en sus propiedades y que se limitó a entregar copias de los contratos de arrendamiento a la policía. Los detenidos llevaban al menos cuatro años en los pisos, explicaron fuentes del caso.

La banda logró ocupar el espacio dejado por una anterior red de proxenetas procedentes de Europa del Este y sometía a las mujeres a unas condiciones “brutales”. Las chicas eran obligadas a prostituirse y golpeadas si se negaban a hacerlo.