Los recortes desbocan el déficit de las grandes universidades
La UPC arrastra 98 millones en números rojos; la UAB, 65, y la UB, 50 Las cuentas de la de Lleida, hasta ahora saneadas, serán negativas en 2012
Recortar un presupuesto no es apretar un botón y esperar que los números rojos empiecen a descender. Tanto la Generalitat como el Gobierno quieren hacer entrar en cintura a las grandes universidades, que son las que arrastran mayor déficit. Pero, de momento, no lo están consiguiendo. Al contrario. Viendo los números de las siete universidades públicas catalanas, puede verse como el déficit se ha disparado en el último año y medio y los rectores se ven incapaces de ahorrar a la misma velocidad que recorta la Generalitat. La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) cerró 2011 con un incremento del déficit del 42%, mientras que la deuda de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) se incrementó el 19%. Las siete universidades cerraron 2011 con un déficit global de 25 millones. “Los recortes no son asumibles en un año. Adaptarse a la nueva situación no es fácil”, se queja Antoni Giró, rector de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
Las universidades empezaron a ver cómo su presupuesto menguaba a partir de 2009. Desde entonces, la Generalitat ha reducido su aportación a las universidades catalanas en 168 millones. De estos, 127 millones se recortaron en un solo año, el 2011. En números absolutos, se ha pasado de los 901 millones de 2009 a los 747 del año pasado. El recorte ha sido más exiguo en 2012, de 14 millones (el 1,9%). Estos tijeretazos afectan sensiblemente las balanzas de las universidades, ya que aunque muchas tengan otras fuentes de ingresos —subvenciones para investigación, contratos de empresas, etcétera—, la aportación de la Generalitat representa hasta el 80% de sus ingresos.
La situación más complicada la tiene la UPC, con 98 millones de déficit acumulado, 16 millones más que el año anterior. Hasta entonces el centro acumulaba dos millones de déficit anuales. El campus tecnológico tenía como deberes hacer frente a un recorte de 40 millones de la subvención de la Generalitat. En dos años ha echado a 120 administrativos y al mismo número de profesores asociados, además de reducir su estructura directiva, entre otras medidas. Pero ni así ha conseguido frenar el déficit. Su rector lo achaca al calendario en que se comunicaron los recortes. “El año pasado nos comunicaron el tijeretazo a mitad del año, cuando nuestro presupuesto ya estaba aprobado y medio ejecutado”, se queja Giró, que asegura que este año han sido más previsores. De hecho, la UPC no aprobó su presupuesto hasta el pasado viernes (de 311 millones, 33 menos que el año anterior) y su responsable asegura que el actual ejercicio lo cerrarán con déficit cero.
El déficit cero para este año es una exigencia de la Generalitat y una meta a la que aspiran todos los centros. El objetivo declarado de la Secretaría de Universidades es que en 2014, todos los campus hayan además enjugado sus números rojos acumulados, algo inalcanzable para los grandes centros como la UAB.
“Las universidades no
Su gerente, Santiago Guerrero, ve difícil conseguir cerrar los dos próximos años con superávit, sobretodo después de los nuevos recortes que planea el Ministerio de Educación. En dos años el campus de Bellaterra debía recortar casi 40 millones, pero Guerrero reconoce que las universidades, como administración, “son máquinas lentas de ajustar” y se opone a tener que tomar medidas drásticas. “Podríamos apagar las luces de los pasillos, pero esto no puede ser”, remacha.
El caso de la Pompeu Fabra (UPF) no es tan grave como el de los grandes campus, pero desde el inicio de la crisis ha acumulado un déficit de ocho millones. La situación financiera de las universidades no barcelonesas es más tranquila. En Girona y Tarragona presumen de superávit, que les ha servido de cojín para hacer frente a los recortes. Lleida, hasta ahora saneada, cerrará 2012 con 1,5 millones de déficit.
En el lado opuesto está la Universidad de Barcelona (UB), la más grande y la única que ha conseguido que mengüen sus números rojos. Los 82,7 millones de déficit que acumulaba en 2008, se han reducido hasta los 50 millones. Gonzalo Bernardos, vicerrector de Economía de la UB, explica que el secreto está en combinar la disminución del gasto (presumen haberlo conseguido sin despedir a nadie) con “soluciones imaginativas” para incrementar los ingresos, como apostar por los masters, aumentar los contratos en investigación o buscar patrocinadores para financiar obras.
Las universidades se muestran dispuestas a continuar haciendo esfuerzos para equilibrar sus cuentas, pero exigen a la Generalitat que cumpla y pague sus deudas. El Gobierno catalán reconoce que debe cerca de 200 millones de 2011.
Los rectorados también exigen una mejor planificiación de la financiación de las universidades. Desde la UAB pide a la Generalitat previsión a la hora de establecer su aportación, mientras que desde la UPC piden un cambio de modelo y que no se financien las universidades según el número de alumnos, sino según la actividad. “Tenemos 100.000 metros cuadrados para investigación, que genera sus gastos y no paga nadie”, reclama el rector, Antoni Giró.
Desde la UB, Gonzalo Bernardos, asegura que las universidades “no pueden soportar más recortes si Cataluña quiere salir de la crisis rápido” y defiende el papel clave de los campus. “Si queremos pasar de la cultura del ladrillo a la del conocimiento, la clave está en la universidad”, sentencia.
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