Una bici convertida en Benidorm
Matadero acoge este sábado un festival con música, arte y mercadillo para promocionar la cultura de este modelo de transporte barato y sostenible
Esta bici es un viaje a la infancia. Una BH azul eléctrico con manillar en Y, que le llega un poco por encima de la rodilla a un adulto y es perfecta para que un niño recorra las plazas sin parar. Lástima del óxido, de las ruedas pinchadas, de la cadena inútil. Sale directamente del chatarrero. Para Silvia Bianchi, italiana de 27 años, es más bien como Benidorm. Tal cual. La videoartista ha pasado la mañana en la mercería Pontejos (“un lugar fantástico si consigues zafarte de las viejitas”, dice) para comprar cintas de colores pastel y conchitas doradas. Mañana sábado, en el Matadero, dedicará todo el día a convertir el trasto oxidado que un día hizo feliz a alguien en una metáfora de Benidorm, una “bici de playa” repintada y llena de colorines.
Si el tiempo lo permite, Bicinomías (la transformación de cinco bicicletas en recreaciones artísticas del sentir de cinco comunidades autónomas) será una de las actividades al aire libre del Festibal con B de Bici que ocupará todo el día parte de las instalaciones del Matadero (Paseo de la Chopera, 14). Si llueve, se trasladarán a las naves de esta impresionante instalación cultural municipal, que esta vez apuesta por la movilidad. “Queremos que la plaza y la calle de Matadero se usen como espacios públicos, que la gente venga aquí cualquier día con su bici y lo sientan como parte del barrio”, explica Javier Laporta, del equipo de contenidos del centro. La segunda edición del ‘Festibal’, organizado por el colectivo Biernes (que también cree en una movilidad sostenible, respetuosa con el medio ambiente y, vistos los tiempos que corren, muy barata) pretende derribar tabúes sobre un modelo de transporte al que quieren sumar cada vez a más madrileños.
“Intentamos introducir conceptos muy sencillos para el día a dia, convencer de que no hace falta ser un experto para ir en bici”, explica Ainara Murillo, de Biernes. Ideas como que la velocidad media del tráfico en ciudad es de 11 kilómetros por hora, o que la mitad de los viajes en la capital son para recorrer menos de tres kilómetros. Y todo eso con conciertos de Minimúsica especialmente dedicado a los niños (a partir del mediodía), un sistema de préstamo de bicis, una exposición que se recorre sobre dos ruedas, un taller de banderines para decorar la cesta o un mercadillo, entre otras iniciativas.
Christel (nombre artístico) y Josetxu Leguina llegan a Matadero en bici. Siempre se mueven con una. “Yo lo hago por política”, explica resuelta ella con las manos sobre el manillar. “El coche es símbolo de la cultura de consumo, la bicicleta es libertad”. Gestionarán el mercadillo y el ‘Fabuloso top manta’, un rastro para el trueque de piezas. También organizan talleres de reparación en Tabacalera y, el último jueves de cada mes, suelen participar en los recorridos de Bicicrítica. Como defiende Leguina, “se trata de hacer una ciudad más vivible”.
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