Fabra se enreda con el congreso
Las ambiciones en torno al cargo de la secretaría general provocan malestar en el PP
El futuro de la secretaría general del PP regional amenaza con convertirse en un problema para Alberto Fabra, ocupado como está en intentar capear el temporal de la crisis económica.
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente provincial del PP de Valencia, Alfonso Rus, no ocultan su pretensión de hacer visible su influencia en la nueva dirección regional que se elegirá el próximo 19 de mayo en el 13º congreso que se celebrará en Alicante.
Aunque no han sido las pretensiones de ambos las que han revuelto las aguas internas del partido en la última semana, sino la decisión del consejero de Gobernación, Serafín Castellano, de postularse en distintos círculos del partido para el cargo de secretario general del PP regional con el níhil óbstat de Presidencia de la Generalitat.
Y todo ello, mientras el actual secretario general, Antonio Clemente intenta hacer abstracción de quienes lo ponen en la cuerda floja y se concentra en lograr que la organización del congreso de Alicante sea un éxito que sirva para reforzar el liderazgo de Alberto Fabra.
Todo un enredo que se han montado los dirigentes populares, sin ayuda de nadie, cuando faltan unas pocas semanas para la celebración de un congreso que, a priori, tendría que ser una balsa de aceite.
Y es que la hipotética sustitución de Clemente, un secretario general eficiente y discreto, es considerada como imprescindible en algunos círculos próximos a Fabra para visualizar que hay un cambio de etapa en el PP regional.
Las pretensiones de Castellano chocan con las de Barberá y Alfonso Rus
Así, lo que inicialmente no parecía un problema ha derivado en un conflicto interno una vez han empezado a ponerse encima de la mesa los nombres de los posibles sustitutos.
Barberá y Rus almorzaron el pasado lunes, acompañados por sus hombres de confianza Jorge Bellver y Vicente Betoret, respectivamente, para evaluar la situación previa al congreso. Y llegaron a una conclusión: una cosa es que el presidente regional no atienda sus peticiones y otra muy distinta que intente segarles la hierba bajo los pies con un candidato como Castellano, enfrentado abiertamente a Rus y con pocas afinidades con Barberá.
El consejero de Gobernación, recuerdan en el partido, pasó sin despeinarse de ser el portavoz parlamentario de Eduardo Zaplana a serlo de Francisco Camps y no representa precisamente la renovación. Y aunque nadie le niega su capacidad para gestionar situaciones difíciles, también recuerdan que Castellano ha tenido escándalos como el de las adjudicaciones a la constructora Taroncher, propiedad de un amigo personal.
Con este enfrentamiento soterrado, Fabra tiene por delante distintos escenarios, incluida la posibilidad de designar un alicantino para la secretaría general. El dilema es cómo deshojar la margarita sin arriesgarse a perder apoyos.
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