El audiovisual gallego reivindica su valía económica
'Doentes' y 'Arrugas' triunfan en la gala de los Premios Mestre Mateo
¿De qué se queja el audiovisual gallego? Pues como todos, de paro galopante, recortes, nulo apoyo público, ninguneo de su buen hacer. Aunque su academia quiso infundir en su gala anual de los Premios Maestro Mateo un tono a medio camino entre la queja, la reivindicación y el optimismo del “nunca llovió que no escapara”, siguen predominado por los nubarrones negros. “Ya estamos cansados de ir de despacho en despacho para decir que somos un sector importante, quien lo tiene que saber ya lo sabe y si no hace nada es porque no quiere o no le dejan”, subrayó el presidente de la Academia Galega do Audiovisual, Antonio Mourelos en la gala celebrada la noche del sábado en A Coruña.
La táctica ahora debe ser otra: clamar por “la unión” de la profesión para presionar con más ahínco a los poderes públicos y conseguir “una gestión más eficaz y consensuada” para un sector que asegura no vivir del cuento sino ser motor económico, generador de empleo (son más de 3.000), y creador de “identidad de país”. “Digámosle a quien corresponda que la cultura importa y sobre todo que tiene memoria”, rogó Mourelos.
El breve y conciso discurso del presidente de la academia, también premiado como mejor actor de reparto por su papel en Matalobos, fue el punto quizás más acertado de la gala.
Fue larguísima (2.40 horas), previsible y desconcertante a ratos. Como el toque “lujo asiático” de dos actuaciones de danza oriental que desencajaron con el ritmo y mensaje del resto de la gala. En su conjunto levantó escaso entusiasmo entre el público. Y todo pese al innegable talento de la maestra de ceremonia, María Cruz, que llevó con brío monólogos y números musicales, predominados por el esto no es pa tanto.
El sector recuerda su papel en la economía: crea más de 3.000 puestos
El guión, en el que también abundaron las llamadas a reinventarse y las puyas a los gobernantes —“sin ánimo de herir a nadie, sólo porque lo merecen más que nunca”—, lo firmaba Ángel de la Cruz. El productor coruñés fue otro de los grandes triunfadores de la noche con los cinco premios que se llevó la aclamada película de animación Arrugas, producida por Perros Verdes Film y TVG, entre otros. A nadie le sorprendió que con dos Goyas, la versión cinematográfica y gallega de la popular historieta de Paco Roca, Premio Nacional de Cómic, fuera también proclamada en casa mejor película de animación (sólo competían dos), sonido, banda sonora y guión.
Y compartió a partes iguales el Maestro Mateo de Producción Artística con la otra vencedora de la ceremonia Doentes, también con cinco premios. Mejor largometraje gallego en 2011, su coproductor y posible nuevo presidente de la SGAE, Antón Reixa, recogió el guante lanzado por Mourelos y también clamó por más unión del sector. Ganadora también fue Traslas luces, mejor documental y mejor dirección, la de la joven Sandra Sánchez. En el apartado televisivo, volvió a llevarse cuatro premios la ya galardonada serie Matalobos.
En el reparto de las 28 estatuillas también primaron dos producciones dedicadas a destacadas figuras gallegas de otras épocas doradas, como son Emilia Pardo Bazán, la condesa rebelde y Eduardo Barreiros, o Henry Ford galego. La primera se llevó tres, entre ellas la de Susana Dans como mejor actriz, y la segunda sólo uno aunque importante, el de mejor película de televisión. Esta misma semana ganó el premio equivalente en Houston, en el festival World Fest de cine independiente. “A ver si la emite de una puñetera vez TVG que lleva un año en sus estanterías, rogaron sus productores.
Otro momento destacado fue la entrega al conselleiro de Educación y Cultura, Jesús Vázquez, de “un regalito que viene de arriba”, le dijo María Castro: unas tijeras made in Germany, de “Anxeliña Merkel”. Pero Vázquez no se dio por aludido : tras preguntar si debía devolverlo e ironizar sobre si realmente no procedían de Zapatero, replicó, como si nada: “Yo tengo especial recuerdo por Alemania porque soy hijo de emigrantes”.
Y eso que el audiovisual intentó darle ideas para impulsar un sector que reivindica ser estratégico. Como el monólogo de Castro de cómo Galicia tiene grandes escenarios para producciones al estilo Hollywood. O en tono más serio, Antonio Durán Morris, mejor actor protagonista por Doentes, que propuso convertir “todos esos cines que restauró Agadic en salas de estreno, cobrando entradas”. O con voz de alarma, como Nani García (mejor banda sonora por Arrugas) alertando de la “barbarie” de una sociedad sin cultura.
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