_
_
_
_
ANTE EL PRIMERO DE MAYO

Las ¿dos? orillas del sindicalismo vasco

La división de las centrales persiste en Euskadi pese a la crudeza de la crisis

Manifestación conjunta de los sindicatos ‘abertzales’ ELA y LAB, encabezados por sus respectivos secretarios generales.
Manifestación conjunta de los sindicatos ‘abertzales’ ELA y LAB, encabezados por sus respectivos secretarios generales.fernando domingo-aldama

La dureza de la crisis y sus secuelas de recortes sociales y reformas legales de amplísimo alcance, llevan en este 1º de mayo a todos los sindicatos a coincidir en el diagnóstico de hallarse ante la mayor agresión vivida nunca a su propio papel y ante un retroceso de décadas en términos de derechos generales.

No parecen, en cambio, espuelas suficientes para estimular a las centrales vascas a salvar con agilidad y determinación la brecha que las separa, primero en dos bloques, el soberanista de ELA y LAB por un lado, y el confederal de CC OO y UGT por otro, y después entre cada una de ellas. En particular, la mayoría y unidad configurada por los dos sindicatos nacionalistas en la década pasada da síntomas claros de resquebrajamiento. Pero nadie es capaz de hacer una apuesta clara respecto a si esas dos orillas del sindicalismo vasco se aproximarán, en el contexto del azote de la crisis y el avance de la normalización política; si se separarán más en una eventual deriva política soberanista a la escocesa o si se descompondrán en un triángulo ELA, CC OO-UGT y LAB.

El sindicato abertzale ha dado signos de desmarque, por ejemplo con su participación en el intento con CC OO y UGT de un acuerdo interprofesional entre las cúpulas sindicales y la patronal en el ámbito de la comunidad autónoma. ELA ni se arrimó. La incógnita es cuánto pesó en el fracaso final el vértigo que puedo producir en LAB esa ausencia, máxime cuando se ve acusada de actuar condicionado por su relación con Bildu, ahora en posiciones de gobierno.

La fractura tiene “cariz estructural” estiman varias fuentes consultadas

Ni siquiera alguien tan cualificado como el presidente del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) Tomás Arrieta, aventura un vaticinio sobre la dirección que tomarán las cosas. “Es un juicio difícil de hacer. Yo, desde luego, no tengo una respuesta clara para dar”, indicó a preguntas de EL PAÍS sobre la evolución previsible de las relaciones entre las centrales, aunque no prevé un gran acercamiento en el corto plazo.

ELA ha sido una adelantada en la apuesta por la empresa como ámbito de negociación, ahora primada en la reforma laboral del PP. Esa apuesta “torpedea los convenios colectivos sectoriales" o territoriales "más incluso que la propia patronal", opina el ex secretario general de CC OO, Santiago Bengoa. LAB discrepa de ella y esto puede dar cuerpo a la difuminación de las dos orillas y una aproximación más factible entre CCOO-UGT y LAB. De la dimensión del abismo, y de la determinación con la que lo excavó ELA, da idea, recuerda, el hecho de que anunciara la ruptura en un congreso de CC OO en 1996 y aprovechando su entonces líder José Elorrieta, Las palabras que suelen ser de cortesía y hermandad, se volvieron advertencia: la unidad sería en clave de país o no sería, dijo. Y esa sigue siendo la posición, incluso en un momento en el que reforzar la opción sindical, la negociación colectiva y la unidad de acción, parecerían mucho más perentorias que en los tiempos de bonanza de la década que precedió a la crisis, y que, fue, a la vez, la del desafío soberanista. Bengoa no duda en calificar a ELA de "elemento lastimoso” del mundo sindical.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO
La historia registra casos tanto de unión como de división en otras crisis

Los precedentes históricos dan para una cosa y para su contraria. “En la enorme crisis de 1931 y 1932 hubo una gran división sindical, mientras en los primeros meses de 1936, sin variaciones grandes en la situación, UGT, CNT , ELA y los sindicatos católicos se unieron”. Hacia la unidad los empujó también la crisis económica que acompañó a la transición.

La fractura parece tener un cariz “estructural”, un término que usan varias de las personas consultadas, pese a que el agravamiento de las circunstancias deja cada vez más en evidencia lo irracional "del antagonismo frontal y las diferenciaciones, claramente improductivas y contraproducentes". Se trata de un diagnóstico del histórico de UGT Carlos Trevilla, en un artículo de hace ya cinco años. “La intensidad de los recortes sociales y laborales, y del propio papel de los sindicatos”, en lo que llama “un proceso desconstituyente” hace menos entendible aún la falta de una respuesta coincidente”, dice a fecha de hoy. “¿Qué juntó a Nicolás Redondo y Marcelino Camacho?. Carlos Solchaga”, compara.

La huelga del 29-M y los ERE sí han propiciado coincidencias

Por ahora no hay apenas visos de aproximación. La coincidencia en la fecha de la huelga general del 29 de marzo ha sido uno, y dio ocasión a apuntar otra diferencia entre ELA y LAB: esta central la celebró, mientras la primera se dolía por ella. El otro lo proporcionan las situaciones de emergencia real: la inmensa mayoría de los ERE han contado con la actuación conjunta de prácticamente todos los sindicatos con representación en las empresas concernidas.

Entre dimes y diretes, y a ras de suelo, 103 de los 125 convenios provinciales están sin firmar, lamenta Maribel Ballesteros, secretaria de Acción Sindical de UGT. Quien ahora ahonde la división y deje que el reloj de la reforma convierta en papel mojado los derechos que protegen tendrá “una grave responsabilidad”. Un observador cualificado de los movimientos sindicales, que pidió el anonimato, encuentra significativo, e intrigante, que ELA no esté ni siquiera “comprando”, en sus propias palabras, el discurso de LAB de que España es un lastre y Euskadi estaría mejor fuera. “Nadie sabe en qué está pensando ELA, es difícil ver adónde va o vislumbrar una apuesta estratégica que se pueda analizar, lo único que se percibe es una oposición frontal a la normalización”.

[Representantes de los sindicatos ELA y LAB, por su parte, declinaron el requerimiento de aportar su reflexión sobre este tema, que se les ofreció desde este periódico.]

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_