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Nociones de oratoria política

La Asociación de Municipios Vascos Eudel ofrece un curso para que alcaldes y concejales aprendan a hablar en público con eficacia

Uno de los cursillos impartifos a concejales y alcaldes por la Asociación de Municipios Vascos Eudel.
Uno de los cursillos impartifos a concejales y alcaldes por la Asociación de Municipios Vascos Eudel.SANTOS CIRILO

Hablar de manera eficaz en público es una habilidad social que no se alcanza de la noche a la mañana. Hay múltiples factores que pueden restar eficacia y brillo al mensaje que se quiere transmitir. Y si es un político quien transmite ese mensaje, la relevancia de la oratoria es aún mayor, dada la gran representatividad y responsabilidad que se le presupone. Ese es el fundamento de uno de los cursillos que la Asociación de Municipios Vascos Eudel tiene en marcha. En él, 14 alcaldes y concejales aprenden a no ser traicionados por los nervios cuando se enfrentan al auditorio que les votó, o no.

Manu Marañón, al frente del curso, sienta en corro a las ocho mujeres y seis hombres que participan en esta primera sesión. Van saliendo al centro para presentarse y cada uno peca de una cosa. Los hay muy inseguros —“siempre pensaba que las gafas no me sentaban bien”—, de tímidos —“siento que todos notan mis nervios”— o por el contrario, avasallan con una excesiva verborrea.

“Los políticos deben poner menos énfasis en convencer y más en comprender”

Entre ellos está Asier Iragorri, portavoz del PNV en Basauri, quien asegura que “sintetizar” es su mayor problema: “Quiero decir mucho en poco tiempo y al final no llegas a la gente, se pierde, te pegas cinco minutos y con uno te habría bastado”. Para Nerea Errenteria, delegada del mismo consistorio, el problema es el contrario: “Este curso me va a ayudar a coger confianza porque tengo miedo escénico y aunque no hablo delante de grandes públicos enseguida me pongo nerviosa”, confiesa antes de embarcarse en la segunda parte del cursillo, la “persuasión positiva”.

Lo fundamental, aconseja Marañón, “es mejorar el nivel de autoestima de partida”, porque “la mayoría lo hace mejor de lo que cree”. De sus experiencias sindicales agrarias le viene su pasión por la comunicación, de la que ha hecho su forma de vida desde 2004. Por sus cursos han pasado altos cargos del actual Gobierno vasco y también del anterior, así como jefes de gabinete y alcaldes. Ese currículum confiere a Manu Marañón cierta autoridad para apuntar cual es el fallo más habitual en el discurso de nuestros representantes políticos: “Les gana la retórica política”, afirma, “deben poner menos énfasis en convencer y más en comprender, escuchar y empatizar con la gente”.

En los cursos trabaja sobre la voz, (velocidad, tono, pausas, reiteraciones o muletillas) y el lenguaje corporal. Pero también instruye a los responsables políticos en el uso correcto del powerpoint en las presentaciones y les ayuda a estructurar sus intervenciones: “Es importante definir el tema, los objetivos y el auditorio”. Manu Marañón también les da tablas para “tener en cuenta a los públicos hostiles”, ya que, como políticos, “es inevitable que se encuentren con opiniones desfavorables en el camino”.

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En el curso les enseñan a hablar ante públicos hostiles o a usar un ‘powerpoint’

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