Pensamiento positivo
Laura Pausini convierte el Palacio de los Deportes en una discoteca gracias a su potente voz
Hace tres lustros largos, cuando “Se fue, se fue / el perfume de sus cabellos” atronaba en las radiofórmulas patrias, aquel dramón de envergadura conducía al éxtasis a las chiquillas de entre, digamos, diez y dieciocho años. Por lo que vimos anoche en el Palacio de los Deportes, aquellas muchachas, acaso hoy emparentadas con desigual fortuna y hasta fundadoras de una incipiente familia, siguen fieles a la diva de Rávena. Han crecido y las olas previas al concierto les quedaban algo timoratas, pero las banderas autonómicas (“Laura, Barcelona te quiere”) y nacionales, las pancartas con peticiones del oyente y los cánticos de unas y otros nos retrotraían a la JMJ agosteña.
Más de 9.000 fieles disfrutaron con las composiciones de felicidad y superación de Pausini, retratos de humanos sonrientes, manuales urgentes de autoayuda e invitaciones a alzar los brazos y sentir la redentora euforia del pensamiento siempre positivo. Laura explota el efectista pop para sopranos (porque anda sobrada de voz), las baladas que arrasarían en San Remo y la faceta tecno-divinísima de Con la música en la radio, primera irrupción de esos robustos bailarines coreografiados como culturistas robóticos.
La catarata de éxitos es generosa y permite incluir los ingredientes habituales en estos conciertos para todos los públicos: popurrís, presentaciones virtuosistas de los músicos, bucólicos vídeos en pantalla gigante, respiros acústicos, sucedáneos guitarreros (Inédito), duelos con los coristas y persistentes cambios de vestuario (aunque en alguna transición el pinchadiscos convierta el Palacio en una discoteca bakala). Y almíbar, como cuando la pista agita corazoncitos de papel al compás de ‘Inolvidable’ y hay quien aprovecha para enviarle por guasap una foto a “Mi Amor”. Palabra.
Los abrazos y las miradas trémulas se suceden como en el planeta de los Teletubbies. Y Se fue ’suena, hacia el final, poco verosímil. Con la beatífica Pausini no hay margen para el desamor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.