La alcaldesa estrena bonobús
Botella decide usar el transporte público en algunos de sus desplazamientos de trabajo para transmitir cercanía a los ciudadanos
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP), ha decidido acudir a los actos oficiales en autobús urbano y, en ocasiones, en otros medios de transporte público, siempre y cuando su agenda se lo permita y las distancias y tiempos del recorrido no sean una traba para su trabajo diario.
Ayer, sin ir más lejos, hizo un recorrido por establecimientos comerciales de la Colonia Cruz del Rayo, adonde llegó en la línea 51 de la Empresa Municipal de Transportes desde la sede municipal en el Palacio de Cibeles. Y de allí se volvió también en el mismo autobús, hasta el Casino de Madrid, en la calle Alcalá, donde asistió a una conferencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo.
¿Cómo reaccionaron el resto de pasajeros? Algunos no la reconocieron, otros le saludaron afectuosamente, y hubo algún comentario extemporáneo pero nada relevante. Botella lleva un dispositivo especial de escolta desde antes incluso de ser nombrada alcaldesa, por ser mujer del expresidente del Gobierno José María Aznar (PP, 1996-2004), que sufrió un atentado de la organización terrorista ETA en abril de 1995 del que salió ileso.
Botella cuenta con un vehículo eléctrico enchufable como coche oficial, pero su decisión tiene más que ver la sintonía con el mal momento económico que atraviesan los ciudadanos de la ciudad. Su forma de hacer política se ha caracterizado desde su llegada a la alcaldía, el pasado mes de diciembre, por el contacto directo y cercano con los madrileños, con el que ha suplido cierta incomodidad en los discursos y en la comunicación a través de la prensa.
A principios de legislatura, el pasado mes de mayo, con Alberto Ruiz-Gallardón recién elegido alcalde por tercer mandato y Botella como concejal de Medio Ambiente y Movilidad, el Ayuntamiento de Madrid decidió eliminar los coches oficiales (y con ellos, la escolta) a un buen número de altos cargos, después de que Unión, Progreso y Democracia, recién llegada al Ayuntamiento, hiciera bandera de esta iniciativa. En contra de lo informado inicialmente por este periódico, los concejales de este partido no posarán para la prensa usando el transporte público. Pero su iniciativa sí causó chanzas y enfado en el resto de grupos políticos (PP, PSM e IU).
Ana Botella vive en Pozuelo de Alarcón y cada día viene y va desde su casa a Madrid en coche oficial.
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