La izquierda ‘abertzale’ intensifica su apoyo a los presos con una gran marcha
Miles de personas protestan en Bilbao contra el Gobierno central y la ‘doctrina Parot’
La hoja de ruta abertzale mantiene a los presos de ETA como principal reivindicación política, como ayer se volvió a comprobar en la calle. Varios miles de personas secundaron en Bilbao, pese a la lluviosa tarde, la manifestación convocada por los partidos soberanistas contra la doctrina Parot y un Gobierno central “empeñado”, a su juicio, “en arruinar la oportunidad abierta para construir la paz” en Euskadi. “El Estado pretende perpetuar la situación de bloqueo, pese a que la mayoría demanda soluciones justas y definitivas”, recriminó el comunicado final de la marcha.
La de ayer fue la respuesta social que la izquierda abertzale, con el respaldo de cuatro de los diputados de Amaiur (Xabier Mikel Errekondo, Iñaki Antigüedad, Maite Aristegi y Jon Iñarritu) al frente, quiso dar a la reciente decisión del Tribunal Constitucional de avalar la doctrina Parot, que desde 2006 se ha aplicado a más de 60 reclusos, terroristas de ETA en su gran mayoría. Tras una pancarta contra las “medidas de excepción” y en favor de las “soluciones” democráticas, los manifestantes corearon gritos en favor de los presos y su acercamiento a las cárceles vascas, otra de las demandas nucleares.
La denominada doctrina Parot, que extiende las condenas por varios delitos muy graves hasta el límite de 30 años de cumplimiento efectivo, toma su nombre de la sentencia del Tribunal Supremo que se aplicó por primera vez al etarra más sanguinario, Henri Parot, al que se le imputan más de 80 asesinatos. A la marcha de ayer asistieron, entre otros exreclusos, Juan María Igarataundi, uno de los tres que se vio perjudicado inicialmente por una aplicación retroactiva de la doctrina y que finalmente han recibido el amparo del Constitucional.
Durante el recorrido se escucharon también gritos en recuerdo de Iñigo Cabacas
Junto a los presos, tras la pancarta se situaron también políticos de los partidos firmantes del Acuerdo de Gernika. Entre ellos, la dirigente abertzale Maribi Ugarteburu, quien reclamó “diálogo” al Ejecutivo central y “respeto a los derechos humanos” de los reclusos, o el secretario general de EA, Pello Urizar, que instó al Gobierno central a actuar “con responsabilidad y altura de miras”. Por su parte, el vicecoordinador de Aralar, Dani Maeztu, recordó que los presos son también una “consecuencia del conflicto” a la que hay que “hacer frente”.
A lo largo de la marcha también se escucharon gritos en recuerdo de Iñigo Cabacas, el joven aficionado del Athletic, de 28 años, que falleció el lunes como consecuencia de un pelotazo recibido cuatro días antes por parte de la Ertzaintza, durante una intervención de agentes antidisturbios a la conclusión de un partido. Dos pancartas rindieron homenaje a la víctima a mitad del recorrido. En una de ellas se recriminaba la violencia policial.
Gesto por la Paz, a favor del acercamiento y contra la amnistía
Gesto por la Paz aprovechó la coincidencia de la manifestación del Acuerdo de Gernika para mostrar, horas antes y también en Bilbao, su posición sobre el final del terrorismo en Euskadi centrado en el futuro de los presos de ETA, en un acto donde presentó el último número de su revista. El grupo pacifista explicó, durante una rueda de prensa, su rechazo a cualquier tipo de amnistía para los presos de ETA, aunque está a favor de "estudiar y resolver" la excarcelación de reclusos con enfermedades graves e incurables y por eso ha reclamado un acercamiento generalizado.
En su análisis, Gesto ha defendido una revisión de las penas “asociada a evoluciones personales de los presos” y un gran consenso social en materia penitenciaria.
Para los portavoces de este grupo los procesos de reinserción deben darse basados en el “reconocimiento del daño causado y no en el perdón” y en ese sentido han remarcado que las víctimas no deben tener un especial protagonismo en la aplicación de la política penitenciaria. Además, señalaron que la política penitenciaria se ha aplicado de forma generalizada, no individualizada “como debe ser”.
Finalmente, indicaron que “la paz y nuestra propia convivencia dependerán de que se produzca un proceso de deslegitimación de la violencia y de que se respete el sufrimiento de las víctimas”.
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