¿Pero qué pasa con Europa?

“¡Por favor, que allí nos trataron de cine!”, comentaba un joven el jueves en la tribuna de San Mamés cuando comenzó la primera carga de la Ertzaintza con una parte de los aficionados alemanes del Schalke. Luego hubo una segunda y antes varios forcejeos con la seguridad privada del estadio. Nadie sabía muy bien qué ocurría y no se entendía que una concordia generalizada tanto en Alemania, una semana antes, como en las horas previas al partido, derivase en un nuevo altercado en las gradas.

Nadie sabe muy bien qué pasa con los partidos europeos. Especialmente desde los incidentes ocurridos en 2009 en Viena, en el partido de ida de la Copa de la UEFA que enfrentaba al Athletic con el Austria de Viena. En aquella ocasión, un centenar de personas —al parecer relacionadas con grupos neonazis— invadió el campo y paralizó el encuentro durante 20 minutos. En el partido de vuelta en San Mamés, los incidentes se reprodujeron especialmente en el Casco Viejo y en los aledaños del estadio y concluyeron con varios jóvenes austriacos detenidos.

Los hinchas violentos del PSG sembraron el pánico en la calle Licenciado Poza

Fue el principio, porque la bola de nieve fue in crescendo. Un año después, en otra eliminatoria frente al Anderlecht belga, los incidentes se produjeron durante todo el día. Hubo varias agresiones en la calle María Díaz de Haro (la misma donde el jueves fue herido el joven fallecido ayer). Incluso un ertzaina que estaba fuera de servicio fue agredido por un grupo de jóvenes neonazis, produciéndose dos detenciones. Fueron los prolegómenos de los incidentes que vinieron después. Durante el encuentro, ambas aficiones se intercambiaron agresiones y botellazos, provocando una invasión de campo de los seguidores belgas que tuvieron que ser acordonados por la policía vasca. En el partido de vuelta, el dispositivo policial fue enorme aunque aún así, cuatro jóvenes rojiblancos fueron agredidos en la capital belga.

La escalada de incidencias no ha parado. En la actual Liga Europa, varios seguidores del Paris St. Germain provocaron numerosos incidentes en el centro de Bilbao. Se trataba de jóvenes que tienen prohibido el acceso al Parque de los Príncipes, el estadio del PSG, por su conducta violenta, pero que se desplazan con su equipo y acuden a los estadios visitantes. En la calle Licenciado Poza hubo 13 detenciones, (10 franceses y tres vascos) y un ertzaina se vio obligado a disparar al aire al ser acorralado por los alborotadores. En el conjunto de los incidentes, se produjo un herido con traumatismo cranoencefálico que tuvo que ser ingresado en el Hospital de Basurto, donde permaneció más de una semana.

El Lokomotiv mostró su preocupación por la actuación de la Ertzaintza

El rosario de situaciones conflictivas continuó con el enfrentamiento entre el Athletic y el Lokomotiv ruso cuando dos ertzainas resultaron heridos y tres aficionados (dos rusos y un vasco) fueron detenidos en las inmediaciones de San Mamés.

Sin embargo, los incidentes ya habían comenzado un día antes del partido, cuando un grupo de hinchas rusos fueron agredidos por unos encapuchados, con el resultado de un joven ruso herido que también tuvo que ser ingresado en el Hospital de Basurto. Con motivo de los incidentes, el Lokomotiv hizo publica una nota oficial en la que mostraba su preocupación “no solo por las agresiones entre aficionados de los dos equipos, sino también por la actuación de la policía”. Lo ocurrido tras el partido frente al Schalke ha colmado el vaso. Curiosamente, en la presente edición de la Liga Europa, no se ha producido incidente alguno en los desplazamientos de los seguidores rojiblancos, donde ha prevalecido la armonía y las aficiones de ambos equipos se han felicitado mutuamente por su actuación durante los partidos.

Extrañamente, ha sido en los partidos en Bilbao donde la agresividad se ha manifestado con mayor virulencia, bien por enfrentamientos entre aficiones, bien por conatos con la Ertzaintza. Algo pasa con Europa y quizás se requiere una mayor prevención en lugar de esperar a resolver los conflictos que eliminatoria tras eliminatoria se vienen produciendo.