Un año de prisión a un cartero por destruir 7.100 cartas
El trabajador público acepta los cargos del fiscal Se le aplican las atenuantes de dilación indebida del proceso y de confesión del delito
Sergio Alfaro Pérez, de 27 años, ha aceptado un año de prisión y una multa de 630 euros tras reconocerse culpable de un delito de infidelidad en la custodia de documentos. El culpado trabajaba como cartero en diciembre de 2006 en Arganda del Rey, como personal eventual, y se deshizo de unas 7.100 cartas, que arrojó a un vertedero y no repartió a sus destinatarios.
La sección 29ª de la Audiencia Provincial no ha llegado a celebrar el juicio con jurado que tenía previsto para hoy ante el acuerdo al que han llegado el fiscal y el acusado. Este se ha realizado a puerta cerrada y sin la concurrencia de los integrantes del jurado.
Según el escrito de acusación del ministerio público, Sergio Alfaro asumió el reparto de la sección 26 de Arganda del Rey y después pasó a la 14. Durante la última quincena de 2006 y en plena temporada navideña, el acusado se deshizo de 7.100 cartas, cuyo envío tenía encomendado. Las cartas fueron halladas el 22 de diciembre a las dos de la tarde en una escombrera a la altura del kilómetro 1 de la carretera de Velilla de San Antonio unos 6.000 envíos. Estos fueron arrojados por el acusado “con pleno conocimiento y voluntad”, según el ministerio público.
Cinco días más tarde, el 27 de diciembre, otros 1.058 envíos con matasellos algunos de noviembre de 2006 fueron localizados por parte de la Policía Local de Arganda en un descampado de la calle del Madroño y de la avenida de Valdearganda a las 16.30.
El fiscal solicitaba para él dos años y seis meses por el delito de infidelidad en la custodia de documentos, así como el pago 4.500 euros de multa e inhabilitación especial para desempeñar empleo o cargo público durante cinco años. Al final se ha acordado un año de prisión y la suspensión del cumplimiento de la condena, según fuentes judiciales. Se le ha aplicado las atenuantes de dilación indebida del proceso y de confesión del delito
El abogado defensor, Juan José Cano de Alarcón, ha destacado que existía una llave maestra en la sucursal de Correos y que mucha gente podría acceder al buzón de reparto de su cliente. También ha recordado que las cartas recuperadas fueron entregadas a sus destinatarios y que, según su versión, no habían recibido quejas de los afectados.
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