Seat confía en el nuevo modelo del León para reflotar sus cuentas

Seat tiene puestas todas sus confianzas en el nuevo León para recuperar el signo positivo de sus cuentas. El próximo otoño la planta de Martorell (Baix Llobregat) iniciará la producción de la nueva familia León, que no llegará a los concesionarios hasta finales de año. La buena acogida en el mercado de este modelo conllevaría un aumento en la producción en este centro, que se espera que vuelva a recuperar su nivel máximo de capacidad, una de las condiciones que permitirá a Seat volver a ser una marca rentable. Las líneas de Martorell pueden fabricar 550.000 vehículos anuales, pero actualmente solo salen 350.000.

La compañía automovilística empezó a remontar el vuelo el pasado año, pero todavía no consigue salir del pozo de los números rojos en que lleva inmersa cuatro años. La filial de Volkswagen perdió el año pasado 61,5 millones de euros, un 41% menos que en 2010, cuando Seat se dejó 104 millones. La recuperación se debe a las exportaciones, que crecieron un 11,4%, mientras que el mercado español tuvo un comportamiento negativo con una reducción del 19% de las ventas, llegando al nivel de consumo de 1993. “Estamos progresando, pero es un camino largo y difícil. Además, el entorno tampoco nos ayuda”, ha reconocido este martes James Muir, presidente de Seat durante la presentación de resultados de 2011.

Los directivos de Seat siguen reafirmando su previsión de conseguir un balance positivo en 2013. Para ello, confían en la buena acogida que tenga en el mercado los nuevos modelos, especialmente el del León, que se presentará a finales de año, y que la compañía lo ha definido como la “estrella de la nueva filosofía de diseño”. Este nuevo modelo, cuyo diseño se mantiene todavía en secreto, se empezará a fabricar en otoño en la planta de Martorell en tres versiones (tres y cinco puertas y el familiar).

El León forma parte de una amplia ofensiva que prepara Seat para sacar renovar sus marcas durante 2012. Salido también de la fábrica de Martorell, desde marzo ya está pisando el asfalto el nuevo Ibiza, la columna vertebral de la marca. En mayo será el turno de la nueva versión del utilitario Mii (fabricado en Eslovaquia), con cinco puertas, mientras que después de verano le tocará renovarse al Toledo (montado en Chequia).

La otra esperanza de Seat para dejar atrás los números rojos son las ventas exteriores. La compañía confía especialmente en el mercado chino, donde ya cuenta con ocho concesionarios, que se espera que lleguen a 15 a finales de año. En tres semanas, Seat escenificará su aterrizaje oficial en China en el marco de la Feria del Automóvil de Pekín, donde llegará con el León y el Ibiza como carta de presentación. Muir no ha querido avanzar los objetivos de ventas en el país asiático, pero ha reconocido que no se va a China “a vender solo unos miles de coches”. En todo caso, Seat, la última de las filiales de Volkswagen que llega a China, espera una buena acogida en este mercado para comenzar con la segunda fase de su expansión, que pasaría por abrir una planta de producción en el gigante asiático en un par de años.

El mercado exterior es una de las apuestas de Seat para poder capear el mal momento que viven el mercado español y parte del europeo. México y el norte de África son dos mercados donde la compañía apuesta fuerte, ya que en 2011 aumentó un 35% las ventas en ambas zonas. Con todo, Seat vendió durante el año pasado a cliente un total de 350.009 vehículos nuevos, un 3,1% respecto el año anterior. De estos, el 80% se vendieron en el mercado exterior.

La remontada de Seat se traduce directamente en buenas noticias para el personal. El año pasado la plantilla de la compañía creció en mil personas hasta llegar a los 11.394 trabajadores. Ello se explica por el crecimiento de la producción de la planta de Martorell, desde donde salieron 353.420 vehículos (un 5,5% más que en 2010). De estos, 19.000 son del Q3.

Los números rojos no han sido un impedimento para que el Comité Ejecutivo haya decidido aumentar el 60% las retribuciones de sus directivos. El vicepresidente ejecutivo de Finanzas y Organización de Seat, Holger Kintscher, ha asegurado que se ha añadido un nuevo miembro al comité, pero también a la existencia de unos bonos y pluses ligados a la productividad. Kintscher ha defendido también que se está llevando a cabo un proceso de equiparación de las retribuciones con los directivos del grupo Volkswagen.