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Recuerdos del esplendor europeo

Una muestra reúne obras de arte de la diócesis de Jaén en la catedral

Ginés Donaire
'La oración en el Huerto', de El Greco, en la catedral de Jaén.
'La oración en el Huerto', de El Greco, en la catedral de Jaén.J. M. PEDROSA

España jugó un papel destacado en el comercio artístico europeo de la Edad Moderna. Junto a las obras de arte que se exportaban, había otras que, procedentes de los más diversos lugares, pasaron a formar parte de las colecciones civiles y religiosas. Pinturas, esculturas y objetos suntuarios se convertían en preciadas piezas con las que sus propietarios expresaban prestigio y gusto artístico.

La diócesis jiennense se erigió en un magnífico ejemplo de esta realidad cultural durante el Renacimiento y el Barroco. Una realidad que queda ahora plasmada en la exposición Splendor Europae. Arte Europeo en la diócesis de Jaén, que puede visitarse hasta el próximo 11 de junio en la sala Deán Martínez de Mazas, en las galerías altas de la catedral de Jaén, un aliciente más para acercarse a la obra maestra del arquitecto Andrés de Vandelvira, que aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad. La muestra está patrocinada por la Fundación Caja Rural de Jaén.

La exposición, según comenta su comisario, Felipe Serrano Estrella, pretende a través de una selección de obras de las más variadas disciplinas artísticas, pintura, escultura, objetos suntuarios, textiles y libros, “mostrar los excelentes resultados que produjo esta política de intercambios culturales”. El templo renacentista jiennense fue, precisamente, una de las instituciones que atesoró una mayor cantidad de estas piezas, y acoge en la actualidad algunas de las más significativas que, de procedencia italiana, alemana, francesa o flamenca, llegaron al antiguo Reino de Jaén.

El cuadro La oración en el Huerto, de El Greco, es, sin duda, la obra estrella de esta exposición. Procedente de la iglesia de Santa María la Mayor, de Andújar, este cuadro formó parte de su primitivo retablo mayor, para el que fue donado por don Sirvente de Cárdenas, presidente de la Real Chancillería y patrono de la capilla mayor de Santa María. El azar hizo que fuera enviado en 1935 al Museo del Prado para su restauración, lo que lo libró de haber sido pasto de las llamas durante la Guerra Civil, como ocurrió con otras valiosas obras de arte que atesoraba la iglesia iliturgitana.

La exposición está dividida en tres salas: España y el Mediterráneo, Modelos y referencias y España y los países del norte. En ellas se pueden ver obras de pintores como Giuseppe Cesari, Mathias de Mare o Ercole Graziani, con las que se constata la presencia de pinturas italianas en las colecciones hispanas. Se muestran también obras de plata, oro y ricos materiales o la Cruz-Relicario, que es una de las piezas más valiosas de la catedral de Jaén.

En otras salas se muestran piezas como el Atril del Pelícano de la catedral de Jaén, el Relicario de Santa Aurelia, propiedad de la Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda, regalado por Carlos V a su secretario, Francisco de los Cobos, el denominado Retablo del Cristo del Refugio, que data del siglo XVI, o La Piedad y el Descendimiento, de las catedrales de Baeza y Jaén. Y es que, como señala el deán del cabildo de la catedral jiennense, Francisco Juan Martínez Rojas, entre los siglos XVI y XVIII “Jaén jugó un papel importante y tuvo mucha relación con Europa en el comercio de obras de arte”.

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