Balenciaga, el modisto que esculpía vestidos

La moda, el diseño, la fotografía y la escultura se mezclan en la exposición Mirar y pensar Balenciaga, que se abre hoy en la sede de la fundación Novacaixagalicia de Santiago. La muestra realiza un recorrido, a través de 60 fotografías y nueve vestidos originales, por los diseños realizados por el modisto de Guetaria (Guipúzcoa) entre 1935 y 1968, años en los que se convirtió en una de las grandes figuras de la moda mundial, hasta que decidió hacerse a un lado y abandonar su carrera con la llegada del prêt à porter. La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 24 de junio y el acceso a la misma cuesta dos euros.

Los fondos exhibidos proceden del museo Cristobal Balenciaga de Guetaria, que se abrió el año pasado y que cede por primera vez estas piezas. Las imágenes, de gran formato, fueron realizadas por el fotógrafo gallego Manuel Outumuro, quien no se ha limitado a realizar un trabajo documental sobre la obra de Balenciaga, sino que capta con su cámara el carácter casi escultórico de los vestidos diseñados por el modisto guipuzcoano, quien siempre se caracterizó por emplear telas con peso, de textura gruesa en sus vestidos.

En los vestidos de Balenciaga hay algo difícil de captar para la cámara

Durante la presentación de la muestra, Outumuro explicó que en principio el trabajo no le apetecía demasiado porque en realidad consistía en retratar vestidos sin personas dentro, pero el encargo terminó por convertirse en “un regalo” por las posibilidades estéticas que ofrecen los trajes. “Al final los vestidos se convierten en naturalezas muertas y después de un par de días conseguí encontrar la forma más adecuada de fotografiarlos”, indica Outumuro. Así en la muestra, puede verse cómo el fotógrafo ha jugado con los ángulos desde los que toma las imágenes y también con las posibilidades de iluminación. De esta forma, la exposición va mucho más allá de un catálogo de modas y ahonda en la filosofía del trabajo de Balenciaga, un auténtico artesano de la costura.

Pueden verse fotos de modelos que llevaron Grace Kelly y la reina Fabiola

Según explicaba el propio diseñador, las cualidades que debe reunir un modisto deben consistir en “ser arquitecto para las líneas, escultor para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la medida”. Outumuro señala que en los vestidos diseñados por Balenciaga hay algo díficil de captar para una cámara y que “va más allá de las formas, las texturas y los colores”. La exposición se divide en secciones según el uso para el que se empleaban los trajes (de noche, de boda, abrigos) e incluye fotografías de algunos de los diseños más conocidos del modisto, como un traje que llevó Grace Kelly o el vestido de boda de la reina Fabiola de Bélgica.

Además de las fotografías, en la muestra se exhiben tres abrigos, dos vestidos de cóctel, dos de noche y dos conjuntos. En ellos puede apreciarse algunos detalles que marcaban la forma de trabajar de Balenciaga, como el hecho de que algunos trajes se encuentren pintados por dentro. El director del museo Balenciaga, Javier González de Durana, explicó que el interés que despierta el trabajo de Balenciaga, 40 años después de su muerte, hace que el museo reciba multitud de visitantes cada día. “Las fotografías aquí mostradas van más allá de la epidermis de los vestidos e incitan a pensar en lo que quería hacer Balenciaga al realizar sus diseños. Sus vestidos son para una nueva mujer”, indicó el director. El museo cuenta con cerca de 1.300 piezas, entre vestidos y objetos complementarios, que permiten acercarse a la trayectoria de un diseñador que perteneció a una etapa de la historia de la moda que aún ejerce influencia. Según explicó Outumuro, el director del departamento de moda del museo Metropolitan de Nueva York, Richard Martin, describió con dos palabras las características de los diseños de Balenciaga: simplicidad y sobriedad.