Hombrados: "Siempre me he pegado con el Barça"

Llegó a jugador de balonmano de forma accidental, gracias a que su madre le cambió del baloncesto al balonmano por los horarios. José Javier Hombrados, portero de la selección nacional y del Atlético de Madrid cumple el próximo día 7, sábado, 40 años. Y no lo hace arrastrándose en las canchas de juego, sino al máximo nivel, como demostró en la reciente final de la Copa del Rey frente al FC Barcelona Intersport. Su contrato es hasta 2013.

 En este encuentro sus intervenciones fueron la base de un triunfo que hace que los atléticos puedan presumir de haber ganado ya dos títulos al conjunto catalán, el campeón de la Liga de Campeones. “En mi familia no había ninguna tradición deportiva, pero yo de pequeño era alto, medía 1,97, y me apuntaron a las escuelas deportivas de baloncesto porque era hiperactivo. Lo hicieron para cansarme. Pero por motivos de horario, con ocho o nueve años me decanté por el balonmano”, explica Hombrados. Recuerda que solía ir a los campos de fútbol y le llamaban la atención los porteros: “Era la época de García Remón y de Arconada, y como nadie quería ser portero me decidí”. Y con cierta modestia añade: “Como tenía reflejos y no había otro, seguí de portero”.

Pero no debió hacerlo nada mal, porque desde primero de BUP, con 15 años, el Atlético de Madrid, por entonces uno de los mejores equipos de España y de Europa se interesó por él e intentó ficharle. Su madre se negó hasta en tres ocasiones, y continuó jugando en su colegio, la Sagrada Familia. “Pero por suerte con 18 años volvieron a llamarme”, recuerda el alma máter del Atlético y de la selección nacional que desde el próximo viernes se juega el Preolímpico en Alicante contra Argelia, Serbia y Polonia. “Con 18 años, en los noventa, comencé a entrenar con Juan de Dios Román en un equipo con jugadores de la talla de Ángel Hermida, Cecilio Alonso y Tomas Svensson, por decir solo unos nombres. Y ahí empezó todo”.

Antimadridista confeso, su afición al conjunto colchonero no le viene del fútbol. “Iba siempre con el Atlético y con el Barcelona. Ahora soy rojiblanco hasta la médula. Pero no soy un fanático, ya que lo veo todo desde la distancia porque pronto me tuve que ir de Madrid para jugar al balonmano”. Precisamente, un deporte en el que su gran antagonista no ha sido el Real Madrid, que no tiene sección, sino el FC Barcelona, uno de los clubes por los que inicialmente sentía simpatía: “Siempre me he pegado con el Barcelona”. De los 15 jugadores que han defendido más veces la camiseta de España de balonmano solo Hombrados no ha jugado con el FC Barcelona. “Pero siempre he tenido una muy buena relación con sus jugadores”. Como por ejemplo con David Barrufet, el único que tiene más presencias en la selección (280) que Hombrados (250).

Pero el expresidente Jesús Gil y Gil decidió suprimir la sección de balonmano en 1992, que desa-pareció de forma definitiva en 1994, lo que obligó a Hombrados a salir de Madrid. En 2002 recaló en el Balonmano Ciudad Real, equipo con el que ha ganado 27 títulos en nueve temporadas. “La mitad de mi carrera”, explica el portero, que tras conocer la integración del Ciudad Real en el Atlético tuvo un sentimiento agridulce. “Soy del Atlético de toda la vida. Yo estaba dispuesto a todo porque el bloque no se destruyera”.

Un equipo dirigido por uno de sus compañeros más queridos, Talant Dujshebaev, que junto a Juan de Dios Román y Manuel Cadenas son los preparadores que más le han marcado. Pero la longevidad de Hombrados ha permitido un guiño del destino. Ha jugado con Álex Dujshebaev, hijo de su entrenador y amigo Talant: “He visto crecer a Álex, incluso he estado en su bautizo”. El sábado, Hombrados cumplirá los 40 al pie del cañón, con un partido frente a Argelia. Y este madrileño no tendrá una forma mejor de celebrarlos que con la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres. Los cuartos de su vida deportiva.