Un canon arquitectónico
El decano del colegio de arquitectos de Madrid, que inauguró sede este año, realiza un recorrido a modo de clase magistral por los edificios que marcaron una inflexión en la capital

1. El Escorial. El gran edificio del Renacimiento español y el principio de la Escuela de Madrid. Felipe II y Juan de Herrera, su arquitecto, venían de un mundo hermético, esotérico, de cábala y expresa todo ese trasfondo mágico basado en el número, la palabra y el rigor, con vocación de permanencia absoluta. Felipe II montó un gran equipo para dar con el sitio ideal a 1.000 metros de altura y construye esta obra maestra donde nada es casual.
2. El Prado. El edificio de la Ilustración y la época de la pasión por el conocimiento. Juan de Villanueva construye aquí el salón de la ciudad, que ha permitido muchos cambios, como la última ampliación. Y ahí permanece con gran rotundidad y belleza.
3. Círculo de Bellas Artes. Es el primer edificio que trata de buscar algo de vanguardia. Nace de un concurso de ideas y polémico. Antonio Palacios se pasa en la altura, pero logra saltarse la ordenanza y consigue un edificio monumental y un foco de cultura. Y por primera vez saca una gran terraza desde la que se entiende Madrid.
4. Hipódromo de la Zarzuela. Es una obra maestra de Carlos Arniches, Martín Domínguez y Eduardo Torroja, un ejercicio de sinceridad en la construcción espectacular y en la simplicidad de la solución. Con ese perfil tan sutil de seis centímetros de espesor en los que termina la losa de hormigón del voladizo con un vuelo de 13 metros. Y en los años treinta.
5. Casa de las Flores. Muestra de vanguardia racionalista de los treinta, que ocupa una manzana donde, por primera vez, se enfrenta al concepto tradicional de viviendas que tenía graves problemas de salubridad. Y Secundino Zuazo construye unas más iluminadas y ventiladas, con terrazas, además de un gran patio ajardinado. Es un edificio que hace ciudad.
Madrid, un privilegio
José Antonio Granero (Madrid, 1962) estudió en la Politécnica de Madrid con profesores como Sáenz de Oiza, Moneo o Carvajal. Tras los "fantásticos" años de la movida fundó con otros colegas el estudio CGR. Desde 2011 es decano del Coam.
6. Viviendas de los años 50-70. Hay que homenajear el trabajo de tantos arquitectos en Madrid, como Gutiérrez Soto o Ruiz de la Prada, que hicieron viviendas sensacionales para la burguesía, pero también sociales y poblados. O Corrales y Molezún, Carvajal y Cano Lasso, que miraron hacia la vanguardia y con vocación internacional.
7. Centro de Investigaciones Biológicas. Por ese edificio seguramente soy arquitecto. Por esa fachada curva que veía todos los días camino del Instituto Ramiro de Maeztu, rodeado de arquitectura racionalista. Y al pasar veía también el edificio con la escultura de Carlos Ferreira de un hombre apoyado en una fuente. Todo me parecía un misterio, luego me enteré que era de Fisac.
8. Gimnasio Maravillas. Es un solar complicado, con un desnivel de 12 metros que, de repente, lo resuelve Alejandro de la Sota con una solución imaginativa, con esa ligereza del edificio y con reminiscencias de arquitectura nórdica, como los miradores.
9. BBVA. De Sáenz de Oiza ha ido contando la historia de la economía de España. Es el gran edificio de oficinas de Madrid al que le faltan 30 plantas para ser el mejor rascacielos de Europa. Cómo se entierra y horada el suelo es una solución que desgraciadamente no la han tenido en cuenta otras torres de Madrid.
10. Bankinter. Como tantos otros edificios de Moneo, en lugar de estar en primera línea de Castellana está en segunda. Respeta un palacete y hace un edificio respetuoso con él, con una fachada maravillosa de ladrillo. Es de una maestría soberbia que cambió la trayectoria de intervenciones arquitectónicas sobre edificios ya existentes.
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