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El PSE se acerca en la calle a su base electoral

Parlamentarios socialistas abandonaron el pleno de la Cánara para sumarse a una de las manifestaciones de Vitoria

Pastor (izquierda) a abandona la sede del Parlamnento con varios parlamentarios del PSE.
Pastor (izquierda) a abandona la sede del Parlamnento con varios parlamentarios del PSE.L. RICO

“Como chavales. Siempre nos ha gustado la calle”, decía ayer el ex senador del PSE, ya jubilado, José Ramón Uzquiza, al arrancar la manifestación de CC OO y UGT en Vitoria a la que se sumaron los parlamentarios socialistas. Salvo el lehendakari, Patxi López, quien permaneció en la Cámara, que celebraba un pleno, junto a otros miembros del Gobierno, todo el grupo abandonó sus escaños a media mañana. Así pudieron aplaudir las advertencias de los dirigentes sindicales al Gobierno del PP —“Que tomen nota y dejen de sacar pecho: se les va a atragantar la mayoría absoluta”, dijo Mari Cruz Vicente, de Comisiones— y a la patronal —“Vamos a vivir en conflicto abierto”, en palabras de Felipe García, de UGT.

La ocasión llevó al presidente del PSE, Jesús Eguiguren, a recordar su condición de afiliado ugetista “de toda la vida”; resaltar que solo Euskadi ha tenido de presidente “a un hijo de sindicalista”, en referencia a Lalo López Albisu, padre del lehendakari, y reivindicar que el PSE “nunca ha dejado de ser un partido obrero”. “Una cosa es hacer una reforma laboral y otra volver a la Edad Media”, decía Eguiguren, mientras marchaba entre la multitud.

Manifestantes lanzan petardos y huevos contra la sede del Parlamento

También sacó a relucir sus 30 años de carné ugetista el ex director general de la policía, Víctor García Hidalgo. El más radical fue el líder del partido en Álava, Txarli Prieto, quien, como había anunciado, secundó la huelga y no fue al pleno. “Una decisión personal, aunque no es la que al grupo nos pareció más adecuada”, comentó el portavoz del grupo socialista, José Antonio Pastor. Los seis parlamentarios que suman Aralar, EA y Ezker Anitza-IU también se sumaron a la huelga.

Otros, como la vicepresidenta primera de la Cámara, Blanca Roncal, prefirieron aprovechar la tribuna: entre advertencias de la presidenta, Arantza Quiroga, de retirarle la palabra, Roncal logró colar que su grupo habría deseado “poder hacer huelga”. “No. Habríamos preferido no tener que ir al pleno por haberse cambiado de fecha”, puntualizaba luego Pastor ante el “cierto exceso verbal” de su compañera. en todo caso, ayer las salidas de la disciplina era cuestión menor. “Esta es nuestra gente”, miraba a su alrededor el portavoz socialista.

El PSE intentó tanto en la Mesa de la Cámara como en la Junta de Portavoces que el pleno se suspendiese o, al menos, se paralizase, para que los parlamentarios y los empleados del Legislativo que quisieran acudiesen a las manifestaciones convocadas po slo sindicatos. El PNV y el PSE sumaron sus votos para impedirlo en ambos casos.

López aprovechó unas declaraciones en los pasillos de la Cámara para recordar que los Gobiernos y los representantes electos “no hacen huelga”, pero defendió el derecho que tienen a “manifestar su rechazo ante determinadas decisiones que no les gustan”.

La huelga general también llegó a la sede del Legislativo en forma de incidentes. Varias decenas de personas lanzaron petardos, huevos y diversos objetos contundentes contra el edificio durante una concentración mientras se celebraba el pleno. La Ertzaintza cargó contra ellos.

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