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BALONCESTO | EUROLIGA

El Bizkaia da el do de pecho en casa

El equipo de Katsikaris doblega al CSKA y alarga la serie de cuartos de la Euroliga

Mumbrú y Axel Hervelle disputan el balón a Andrei Kirilenko, en el centro.
Mumbrú y Axel Hervelle disputan el balón a Andrei Kirilenko, en el centro.RAFA RIVAS (AFP)

Una de las citas favoritas del base del Gescrap Bizkaia Aaron Jackson resume bien lo ocurrido en el Bilbao Arena: “Cuando los guerreros sueñan, los gigantes caen”. Una de las plantillas más poderosas de Europa, atlética y siempre bien posicionada, se ha visto superada por un conjunto bilbaíno agresivo, entregado y abrigado por una excelente defensa. De esta forma, el equipo de Fotis Katsikaris ha logrado forzar un cuarto partido en la serie de cuartos de la Euroliga, tras perder los dos primeros encuentros en Moscú.

El Bizkaia empezó enamorando a la afición con un juego ágil que le permitió tener a su defensa siempre bien formada ante las embestidas rusas. Controlaron bien los peliagudos contaataques del CSKA y encima estuvieron brillantes desde la línea exterior. No se podía pedir más. Tras un arranque muy trabado por la acumulación de faltas personales en ambos bandos, un veloz Kirilenko puso el 3-9 en el marcador. Los triples de Mumbrú y Vasileiadis, enchufadísimo, pusieron al Bizkaia por delante (12-11), pero llegó Mavroeidis y mejoró aún más el panorama, hasta permitir al conjunto de Katsikaris acumular ocho puntos de ventaja.

Sin embargo, e joven Alexey Shved, excelente tirador, no tardó en anotar dos triples que nivelaron el partido. El temible Kirilenko remató la remontada y el Bizkaia decidió mantener su estrategia paciente y cazadora obsesiva de rebotes. El segundo cuarto estuvo muy igualado y fue bronco. La agresividad de ambos equipos era patente. Mientras los jugadores bilbaínos se pedían calma entre sí con gestos, el CSKA aprovechó su extraordinaria potencia física para alcanzar más rápido la canasta rival y acortar distancias.

Nenad Krstic, más difícil de defender de lo normal, se alió con Khryapa para desafiar la unidad vizcaína. No lo logró. Jackson y Raúl López castigaron al CSKA desde todos los ángulos de la cancha y, como ametralladoras, fueron ganando distancia en el marcador. Al grito de “Si que se puede”, la afición del Bizkaia vivió con exultante alegría la progresión positiva de su equipo.

Gordon, mejor defensor que Teodosic, tuvo en Banic a su peor pesadilla. Con un 45-36 en el marcador , el CSKA cargó fuerte en el rebote ofensivo y desató a Vorontsevich, todo un portento físico, que no desaprovechó ni una ocasión. Tras el descanso, Mumbrú y Jackson siguieron buscando y hallando gritas en la defensa rusa. Como una exhalación, el base de Hartford anotó cinco puntos en apenas un minuto. Controlando bien los rebotes defensivos, los bilbaínos llegaron a sacar al CSKA 14 puntos. El magnífico Siskauskas se afanó desde la línea exterior sin éxito y el Bizkaia, en tensión permanente, siguió haciendo lo que le funcionaba: cerrarse bien y a tiempo y jugar duro.

Para los de Katsikaris no cabía ni respirar sin mirar de reojo a los rusos, que demostraban su potencial a la mínima ocasión y remontaban con suma facilidad. El acierto anotador se puso del lado bilbaíno y Raúl López , que hizo torsiones imposibles con tal de encestar, fue el gran guía del equipo.

El base Teodosic, con capacidad para anotar y asistir a sus compañeros contra viento y marea, no tuvo el día y el conjunto de Jonas Kazlauskas empezó a tambalearse. 19 puntos por encima del todopoderoso, CSKA, el Bizkaia empezó a tocar el cielo a tres minutos del final. Pese a los ímprobos esfuerzos de Kirilenko y Gordon, el barco había empezado a naufragar. Los rusos, descolocados, solo pudieron maquillar el resultado final. El viernes, el Bizkaia tendrá otra oportunidad para hacer historia, otra vez en casa.

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