Valderas, Gordillo y los ratones

El candidato de IU a presidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, y el cabeza de lista de la formación de izquierdas por Sevilla, José Manuel Sánchez Gordillo, habían coincidido en pocas ocasiones durante la campaña electoral. Este jueves fue una excepción. Y su encuentro volvió a poner de relieve las diferencias de estrategia para el día siguiente a los comicios del 25-M. El alcalde de Marinaleda y portavoz de la CUT-BAI volvió a rechazar comprometerse a pactar con el PSOE en el caso de que el PP no logre la mayoría absoluta. Sánchez Gordillo, que, al menos sobre el papel, tiene más posibilidades de obtener su acta de parlamentario que el propio Valderas, que se presenta por Huelva, lo dejó muy claro. O muy oscuro según se mire. Refiriéndose a los dos partidos mayoritarios, señaló que IU “no se vuelve loca y tiene decencia, \[no elige\] ni al gato blanco ni al gato negro, porque son muy astutos y los dos comen ratones”.

Valderas, por su parte, se mostró más proclive a formar un gobierno de izquierdas si se da la posibilidad. Para ello pidió “un voto rebelde para poner fin a la corrupción y a las miserables políticas de derechas”.

Sánches Gordillo señaló que si consigue entrar de nuevo en el Parlamento andaluz dejará la alcaldía de Marinaleda, municipio que dirige desde 1979. “Lo importante es lo que uno hace, los títulos son lo de menos”, afirmó. Valderas le lanzó un guiño y dijo de él que “sería un buen consejero de Agricultura”.

La jornada de campaña de Valderas en Sevilla el jueves tuvo un indudable carácter agrícola. El candidato izquierdista aseguró que si tiene fuerza en el Parlamento tras el 25-M impedirá la privatización de las tierras públicas y dará al sector agroalimentario consideración de sector estratégico.

Por su parte, el coordinador general de IU, Cayo Lara, enmendó el traspiés verbal cometido el pasado miércoles en un mitin al afirmar que “la derecha lleva a la gente aunque esté parapléjica a que pueda votar". Lara pidió “disculpas sin ningún rubor” por esta “metáfora” con la que quería ilustrar la capacidad de movilización del PP ante cada convocatoria electoral. “La derecha se moviliza mucho cuando llegan las elecciones y la izquierda a veces se despista y por lo más mínimo no va a votar”, aseguró.