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Esperando a la 'mascletà'

El día previo a la 'plantà', miles de personas acuden con tiempo a disfrutar de la pirotecnia Las protestas contra los recortes cogen fuerza

Miles de personas acuden con mucho tiempo a esperar la 'mascletà' de Fallas.
Miles de personas acuden con mucho tiempo a esperar la 'mascletà' de Fallas.TANIA CASTRO

El día previo a la plantà de Fallas, miles de personas han abarrotado la plaza del Ayuntamiento y las calles aledañas para escuchar la mascletà. En esta sucesión de días y de explosiones cada vez más gente calcula más tiempo de espera para coger buen sitio. A medida que avanzan los días, en los minutos previos es habitual percibir ya un mayor olor a cerveza. El tiempo acompaña. También se nota la venta de petardos y los días libres en el trabajo. En los comercios de la zona, los trabajadores se asoman poco antes de las dos y el establecimiento para el tiempo durante los minutos de pirotecnia.

Los que llegan preparados se dirigen a su lugar predilecto a esperar. En este rato de liturgia voluntaria, las escenas son variopintas. Algunos se aprovisionan de comida. Otros tejen para tiempos de frío. Unos hojean periódicos o algún libro y muchos se sumergen en un letargo placentero de brisa y sol.

Todo se desvanece poco antes de la hora señalada. Los nervios apremian y los movimientos de impaciencia se empiezan a sentir. Estruendo, humo, pólvora y, por fin, un aplauso que funciona de brindis al sol. La ceremonia de la mascletà ha finalizado. Poco a poco, los asistentes recogen los bártulos y se marchan a continuar con sus vidas.

No todos. Los centenares de personas que han adoptado la zona frente al balcón municipal para protestar se quedan. Profieren gritos contra la alcaldesa, Rita Barberá, o la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León. Dejan ver pancartas como "El olor a pólvora no tapa el olor a mierda" o "Fallera, policía, operari@: a ti también te toca". Mantienen con más vigor las protestas que empezaron el pasado día 1 de marzo. Una fila de festeros les mira mientras espera a las falleras.

"No es el momento. Nosotros apoyamos las reivindicaciones, pero aquí no hacen más que amargar las fiestas", repiten Jorge y Eric. "Me gustan las Fallas y la mascletà, pero también la ayuda a dependientes, la educación pública o la sanidad gratuita que nos están quitando", dice un cartel apoyado en una camiseta. "La gente se ha ido dando cuenta de que estamos aquí. Creo que eso es positivo", valora Nacho, un agente inmobiliario con hijos a los que "todos los recortes les hacen polvo".

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