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LA POLÉMICA DE LA PONENCIA SOBRE EL FIN DE ETA

El PP quiere un compromiso expreso que ‘resguarde’ la política penitenciaria

Los populares intentan evitar que el foro se convierta en medio de presión a Rajoy

Javier Rivas
Ares (a la derecha) y Maroto, ayer en Vitoria tras la firma del convenio entre la Ertzaintza y la Policía Local.
Ares (a la derecha) y Maroto, ayer en Vitoria tras la firma del convenio entre la Ertzaintza y la Policía Local.DAVID AGUILAR (EFE)

Aunque las desconfianzas y los reproches en privado persisten, el Gobierno, el PSE y el PP se esforzaban ayer en rebajar la polémica que impidió el jueves pasado sacar adelante el foro parlamentario propuesto por el lehendakari, Patxi López, para agilizar el fin de ETA. Socialistas y populares han comenzado ya a trabajar para recuperar un clima de confianza que permita, en unas dos semanas, consensuar la creación de la ponencia que los recelos del PP frustraron anteayer.

“Toca bajar el diapasón y la tensión pública”, aseguraba ayer a EL PAÍS un miembro de la ejecutiva del PP vasco, en la que se insiste en su disposición de sentarse a hablar y llegar a acuerdos. Pese a esta voluntad, los populares quieren recibir de su socio de Gobierno compromisos expresos y públicos de que la ponencia no se va a convertir en una requisitoria contra la política penitenciaria de Mariano Rajoy.

El PSE hará “todo lo necesario” para eliminar los recelos de su socio

Más allá de la polémica sobre si ese foro abría o no el paso a la participación de la izquierda abertzale en la gestión del final de ETA, el PP se niega en redondo a que un órgano del Parlamento vasco entre en una dinámica de exigencias al Ejecutivo para que cambie su actuación con los presos etarras. Y ello cuando Rajoy ha trasladado tanto al PSOE como al PNV y a sus máximos responsables —Alfredo Pérez Rubalcaba e Iñigo Urkullu, respectivamente— que se van a pactar con ellos las medidas que se están tomando o se puedan tomar en esa materia (acercamientos, actuación con reclusos enfermos u otras). En ese compromiso, no verían con malos ojos un contacto del Gobierno vasco, con el que Rajoy también ha tejido complicidades en esta materia, y el central.

Los populares quieren dedicar estas dos semanas a negociar una delimitación clara del campo de actuación de ese foro parlamentario, para qué se crea, de qué se va a ocupar y garantías de que no será instrumentalizado por la izquierda abertzale y su entorno. Ese aval les serviría para embarcarse en una tarea que en las propias filas populares en el resto de España y entre su base social puede despertar recelos, aunque los dirigentes vascos se esfuerzan en reiterar que la decisión que tomaron anteayer fue autónoma, sin injerencias de Génova. “Los pasos que damos tenemos, como mínimo, que poder explicarlos”, apunta un parlamentario.

Socialistas y PP ven margen suficiente para alcanzar un acuerdo

El número dos del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, y el consejero del Interior y coordinador del Ejecutivo, Rodolfo Ares, interlocutores habituales en todas las negociaciones delicadas que en casi tres años ha tenido que afrontar el pacto de Gobierno, ya hablaron en la mañana de ayer y se comprometieron a retomar las conversaciones la próxima semana.

Ares, quien ayer firmó en Vitoria con su alcalde, Javier Maroto, un convenio de colaboración, se mostró públicamente confiado en lograr un “amplio acuerdo” para poner en marcha un foro de encuentro “discreto”.

Una vez que los dos socios limasen sus diferencias, dan por hecho que el acuerdo podría abarcar a prácticamente toda la Cámara —de haber superado los populares sus recelos, la ponencia hubiese salido anteayer respaldada previsiblemente con el voto de 73 de los 75 miembros del Legislativo—.

Desde las filas socialistas, la disposición para el consenso que se traslada es total. El PSE evita entrar en discusión con las líneas rojas de los populares, cuando las condiciones están por hablar y ve “margen suficiente para llegar a acuerdos”. Pero sus responsables transmiten que van a hacer “todo lo necesario” para eliminar las desconfianzas que pueda albergar todavía el PP, “sean reales o ficticias”, y hacer posible el pacto.

Dirigentes socialistas, que piden a su socio un poco de “tranquilidad y confianza”, insisten en que la voluntad que guía su actuación está perfectamente establecida y así quedó de manifiesto en las intervenciones de López y del portavoz socialista, José Antonio Pastor, en el pleno. Al PP, las garantías de ambos que recibió allí sobre cuál sera el trabajo y actuación de la ponencia le parecieron insuficientes, pero los socialistas ven “todas las oportunidades del mundo” para alcanzar en estas dos semanas el consenso que anteayer se frustró.

El Gobierno cree que López ya ha expuesto lo que cree que debe hacerse en materia de política penitenciaria o de gestión de la memoria y el nuevo tiempo y ahora toca actuar con “responsabilidad y discreción”.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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