Los grandes proyectos cuestan a la Generalitat 15,2 millones al mes

La corrupción y el despilfarro centraron el pleno de las Cortes de esta semana. Pese a que el PP se esfuerza en repetir que la oposición busca deteriorar la imagen de la Comunidad Valenciana, hasta los cálculos más elementales ponen en evidencia que la política de grandes eventos supone una sangría a unas arcas de la Generalitat completamente exhaustas. Así, los populares se vieron en la tesitura de rechazar ayer una comisión de investigación sobre los gastos en el aeropuerto de Castellón propuesta por Compromís y otra sobre los contratos con el instituto Nóos, de Iñaki Urdangarin, propuesta por Esquerra Unida (en este caso emplazaron a su creación cuando termine el proceso judicial). También tuvieron que hacer frente a una moción de Compromís sobre “la política general en relación con los grandes proyectos”.

Si en el debate de la sesión de control al presidente del Consell, Alberto Fabra, la diputada de Compromís Mònica Oltra evaluó en 123,5 millones de euros lo que suponen los casos de corrupción y en 500 millones los sobrecostes de grandes proyectos, la diputada socialista Eva Martínez esgrimió una tabla en la que ha calculado los costes de los grandes proyectos en términos comparativos. Teniendo en cuenta los gastos de personal, los gastos corrientes y los financieros del aeropuerto de Castellón, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Ciudad de la Luz, la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana y el Circuito del Motor, la Generalitat destina 15,2 millones mensuales a los grandes proyectos. Si se tienen en cuenta también las transferencias corrientes y las inversiones reales, el coste sube a 22,1 millones de euros mensuales.

La parlamentaria aseguró que dos meses del Circuito del Motor equivalen a un centro de salud, todo el año de la Sociedad Proyectos Temáticos, a 1.300 empleos en sanidad y todo el año de la Ciudad de la Luz, a “pagar a 16.000 dependientes que llevan dos años sin cobrar”. En conjunto, los cinco grandes proyectos, que no incluyen, por ejemplo, la fórmula 1, cuestan 182 millones de euros.