La realidad encerrada en una copia

Un guernica arrugado viste una de las paredes de la sala de exposiciones del centro Koldo Mitxelena, en San Sebastián. Javier Arce (Santander, 1973) reproduce el cuadro de Picasso en sus mismas proporciones (7,75 metros de ancho por 3,5 de alto), pero pintado con rotulador sobre papel. La pieza, Sin título (Serie Guernica), conforma parte de la muestra Abismos. Laberintos de la imagen, abierta desde hoy y hasta el 23 de mayo al público, y en la que las obras expuestas “toman como punto de partida una imagen en vez de reproducir una percepción directa [de la realidad]”, explicó ayer el comisario Ramón Esparza.

 Abismos, una muestra colectiva de Arce, Iñaki Gracena (Hondarribia, 1972), Sheena Macrae (Toronto, Canadá, 1972) y Henna Nadeem (Leeds, Reino Unido, 1966), reúne 41 obras.

“Abismos parte de un término utilizado por André Gide”, un concepto extraído por el escritor del mundo de la heráldica y que hace referencia, aclaró el comisario, a la “parte central del escudo donde muy a menudo se suele integrar otro escudo completo”. El término se traslada a las disciplinas artísticas con la idea del “relato dentro del relato, la imagen dentro de la imagen”. “Ayudamos a reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestro entorno visual, nuestra percepción de las imágenes con la aparición de los medios de comunicación y con la aparición de las posibilidades de reproducción de las imágenes”, añadió Esparza.

Así, la representación del Guernica de Arce o la que el artista propone de La libertad guiando al pueblo, “constituyen un ejemplo muy claro de lo que sucede con los iconos de la historia de arte. Reproducir una obra cuidadosamente con rotulador y hacer como si hubiera sido un fallo, un papel que arrugamos y tiramos. Como las reproducciones de obras de arte hacen perder a las mismas su aura”.