El disparo fue por la espalda
La autopsia revela que el fallecido recibió el balazo desde la parte posterior del vehículo
David Prieto Fandiño, el hombre de 28 años que murió el pasado 21 de noviembre tras mantener una persecución con policías locales de Getafe, recibió el mortal balazo desde un tirador situado a su espalda. Así lo ha revelado la autopsia practicada por dos forenses y que se ha aportado a la causa que sigue la titular del Juzgado de Instrucción número 41 de plaza de Castilla. Los médicos dejan claro que el proyectil entró por la parte posterior de la cabeza y con trayectoria ascendente. Esto y el hecho de que la víctima estuviera desarmada dificultarían, según fuentes jurídicas, la apreciación de la eximente de legítima defensa.
Los hechos se produjeron a las 11.15 del lunes 21 cuando seis agentes locales persiguieron a Prieto Fandiño y a su presunto cómplice durante más de 14 kilómetros desde el barrio getafense de La Alhóndiga hasta el distrito de Arganzuela. Un policía fuera de servicio había avisado de que los dos supuestos delincuentes habían robado un Citroën C-3 blanco y habían intentado secuestrar a una persona que, creía, llevaban en el maletero.
Los perseguidos se metieron por dirección prohibida en la calle de Vara del Rey. Los agentes les dieron el alto y los sospechosos intentaron huir, según la versión del Ayuntamiento de Getafe. Los agentes abrieron fuego. Hicieron al menos 15 disparos, en su inmensa mayoría desde la parte posterior del vehículo. El C-3 colisionó con un vehículo estacionado. Prieto Fandiño moría al día siguiente y su compañero, Roberto García Castillo, de 28 años, quedó gravemente herido.
La autopsia efectuada por dos forenses concluye que la naturaleza de la muerte (etiología) es de carácter violento y que la causa fundamental es “una herida de bala”. “La muerte se ha producido por herida de bala con orificio de entrada en la zona occipital izquierda inferior sin orificio de salida y con trayectoria de abajo a arriba, de izquierda a derecha y de detrás adelante”, concluyen los médicos, que no fueron capaces de determinar en su análisis la distancia a la que se produjo el disparo. El motivo es que se había manipulado el orificio de entrada debido al rasurado de la zona y las grapas de sutura que pusieron a la misma en el hospital 12 de Octubre.
Los forenses describen a la víctima como un varón de 28 años “de constitución asténica, en mal estado de nutrición e higiene”. Prieto Fandiño presentaba además un tatuaje en el abdomen en el que se podía leer “Power and glory” (poder y gloria), así como otros repartidos por todo el cuerpo en los que se podía leer “Amor”, “Odín” y “David”. La muerte se produjo a las 12.00 del 22 de noviembre.
Otra conclusión de los forenses es que Prieto Fandiño sufrió un fuerte golpe a la altura de la región lumbar media. “El mecanismo de producción ha sido un frenazo del vehículo muy intenso que ha provocado que la víctima impactara contra la región inferior del respaldo del asiento golpeándose en la región lumbar”, afirman los médicos.
Los especialistas recuperaron el proyectil, que se encontraba alojado en el tálamo izquierdo. Fue remitido a los laboratorios de Policía Científica para su estudio. De hecho, la juez que instruye el caso estaba a la espera de recibir los informes de balística para determinar posibles responsabilidades de los policías locales de Getafe.
El vehículo que supuestamente habían robado Prieto Fandiño y su posible cómplice presentaba al menos ocho disparos efectuado desde la parte posterior del vehículo. En caso de que hubieran llevado a una persona secuestrada en los asientos traseros, esta también habría resultado gravemente herida o habría fallecido por los disparos de los agentes.
La forma en que dispararon los policías de Getafe también quedaba clara en la escena de los hechos. Dos de ellos fueron los que pegaron más tiros y lo hicieron desde las dos esquinas de entrada de la calle de Vara del Rey. El autor del balazo mortal estaba situado a la parte izquierda. El tercer policía efectuó unos tres disparos desde una posición lateral al vehículo.
Los agentes continuaron prestando servicio desde el día siguiente al tiroteo. Al principio se dedicaron a labores administrativas de oficinas, ya que sus armas reglamentarias fueron remitidas a los laboratorios de balística para su análisis.
Dos días después, el Ayuntamiento de Getafe abrió un expediente informativo a los agentes para ver si estos habían incurrido en alguna falta o delitos. Hasta el momento no ha trascendido que se haya tomado ninguna resolución sobre el mismo. Los agentes ya han prestado declaración ante la juez.
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