Las ruletas dividen al PSC

El proyecto de el Eurovegas el macrocasino promovido por el magnate estadounidense Sheldon Adelson amenaza con provocar una nueva grieta en las siempre difíciles relaciones entre la cúpula del Partit dels Socialistes y su federación de Barcelona. Carles Martí, primer secretario de esta organización, mostró ayer su rechazo enérgico al megacasino porque está en “las antípodas” del modelo de país y ciudad que defienden. Martí dijo que la obligación de un partido es pronunciarse sobre los asuntos que afectan a la ciudadanía e invitó al PSC a oponerse al plan que, a su juicio, está en la línea de la economía del ladrillo y del sol y playa que ha desatado la crisis.

El concejal Jordi Martí se estrenará hoy como jefe de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona en sustitución de Jordi Hereu con una proposición instando al pleno a rechazar el Eurovegas. El debate, por tanto, está asegurado. Justo lo que no pasó en el Parlament. Joaquim Nadal, presidente del grupo parlamentario del PSC, no quiso pronunciarse en la Cámara bajo el argumento de que todo son especulaciones. Y Pere Navarro, primer secretario socialista, guarda silencio desde que a principios de semana suspendió relaciones con CiU y el presidente Artur Mas se reunió con Adelson. El sospechoso mutismo lo rompió ayer el socialista Àngel Ros, alcalde de Lleida y miembro de la ejecutiva, que ahondó en la herida: dijo que no querría un Eurovegas en su ciudad porque prefiere que se la asocie al turismo de calidad y a la tecnología que a otros sectores.

"El macrocasino está en las antípodas del modelo de ciudad y país que defendemos", dice el primer secretario del PSC

CiU ha logrado que el Partido Popular aplauda con entusiasmo el megacasino hasta el punto de que Alicia Sánchez-Camacho dijo que Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, debería entender que Cataluña es el mejor escenario posible. La izquierda —Iniciativa y Esquerra— se opone y queda el interrogante del PSC. Antoni Balmón, alcalde de Cornellà, afirmó, en una frase que podría haber firmado Mas, que se debe considerar cualquier proyecto que ayude a “estimular” la economía en alusión a la inversión de 17.000 millones de euros y 200.000 empleos. Esa es la posición oficial del PSC. Frente a ella, el socialista Carles Ruiz, alcalde de Viladecans, no se imagina en su municipio los edificios de Nevada y Shanghái. En el fondo subyace este dilema: sí o no a unas Vegas europeas que no les seduce pero que combatiría el paro en el Baix Llobregat. Hay fuentes que dudan de las cifras porque creen que no generaría tanto empleo: el principal sector de Nevada es el juego y emplea a 300.000 trabajadores, solo el 27% de la población laboral.

Roberto Saviano avisa  que si el proyecto recae en Cataluña se convertirá en el centro de reciclaje mafioso de Occidente

A la espera de la definición del partido, Carles Martí rechazó el Eurovegas porque no propicia la economía productiva y por razones de modelo de ciudad y paisajísticas. Y dio por sentado, con sarcasmo, que da por hecho que no se le permitirá incumplir la legalidad fiscal o laboral. “¿Por qué tanto entusiasmo en el casino y no en buscar un inversor para salvar Spanair o en potenciar el proyecto patrimonial de Sant Pau?”, se preguntó el líder de los socialistas de Barcelona, que instó a CiU a apostar por la estación modal de La Sagrera porque, a la larga, creará más trabajo que el Eurovegas. Mas defendió de nuevo el complejo recreativo porque los casinos solo ocuparían entre el 2% y el 4% del área edificada. En los antípodas, el escritor italiano Roberto Saviano, experto en las mafias, vaticinó en su cuenta de Twitter en lo que podría convertirse Barcelona: “En el centro de reciclaje mafioso de Occidente”.