"Es el momento del cambio"
Sánchez Acera presenta su ideario como candidata a suceder a Gómez apelando a la modernización del partido sin perder sus valores en el corazón del socialismo madrileño
Para ser una empleada de banca que llevaba prácticamente seis meses apartada de la política, Pilar Sánchez Acera se sintió anoche como en casa en el salón de actos de la sede del PSM en la plaza del Callao. Sin titubeos. Sin pinta de paracaidista de Ferraz. Con la convicción y el orgullo de ser una militante madrileña de toda la vida. Y rubalcabista. Allí, bajo una techumbre de adornos bizantinos acorde con el declinar de una formación que idealiza su pasado porque no para de encadenar derrotas en las urnas, y con las luces de neón de la Gran Vía al fondo, la candidata a la secretaría general del PSM –tarea para la que ha pedido dos semanas de vacaciones en su puesto de trabajo- sacó el animal político que lleva dentro.
Gómez, a sumar a todos
Tomás Gómez ha convocado esta tarde en la sede del PSM a todas las delegadas y militantes del partido, exactamente a la misma hora y en el mismo lugar donde Pilar Sánchez Acera pidió 24 horas antes el respaldo a su candidatura. Una estrategia con la que pretende contrarrestar el efecto que su rival puede causar en las filas femeninas. Otra, de más calado, la escenificó anoche en San Sebastián de los Reyes. El líder de los socialistas madrileños anunció que en el congreso del 2 al 4 de marzo propondrá listas cremallera con el fin de que haya el mismo número de hombres que de mujeres.
Gómez, que volvió a apostar por una reforma fiscal y del sistema financiero y denunció la reforma laboral. “Es el ataque más duro que han sufrido los trabajadores”, afirmó arropado por Juan Barranco o Maru Menéndez. Con vistas al congreso en el que se juega su continuidad manifestó querer “contactar con todos para sumar a todos”. "Somos el partido de la alternancia pero no de la alternativa, por eso hemos perdido credibilidad”, reconoció.
La militante que siendo una adolescente ingresó en las Juventudes Socialistas, fue concejal y teniente de alcalde en el Ayuntamiento de su Alcobendas, diputada regional y una más en la primera Ejecutiva Federal de diputada regional de su contrincante, Tomás Gómez, vendió sin complejos su proyecto en el corazón del partido. En el corazón de los socialistas madrileños. El exalcalde de Parla organizó a la misma hora, casualidades de la política, un encuentro con delegados y militantes en San Sebastián de los Reyes.
“¡Necesitamos un partido fuerte! Si no estamos unidos, ¿qué van a querer los ciudadanos de nosotros? La sociedad no nos va a escuchar si no tenemos un discurso coherente y coordinado… Hay mucho escepticismo, nos hemos acostumbrado a propuestas de cambio y nos hemos hundido en la resignación”, expresó Sánchez Acera en una sala repleta, con más de 200 presentes, de los que algunos se agolpaban en las escaleras de acceso. “Amigas y amigos, compañeros y compañeras, Pilar es de esas trabajadoras a las que no debes dejar escapar porque es competente y comprometida. Si estamos aquí porque tiene un proyecto distinto, que no es solo para los socialistas”, hizo de telonera Isabel Aymerich, asesora de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, jefa de gabinete de Ángel Gabilondo en el Ministerio de Educación y a la que conoció en la carretera, camino del entierro de Fernando Buesa tras ser asesinado por ETA.
Discreta pero elegante, con camisa de raso azul y pantalones vaqueros, la aspirante a suceder a Gómez en el congreso de la semana que viene -el reparto delegados da una ligera ventaja a Gómez (55%)- fue exquisita en sus críticas a la realidad del PSM, doblado en votos por el PP en las autonómicas y municipales del pasado mayo (1,5 millones por 750.000). “¿Qué me diferencia de Tomás aparte del físico?”, planteó Sánchez Acera con humor; “Le tengo mucho respeto y cariño, es un compañero, no un enemigo ni un adversario, pero Tomás quiere que este partido siga siendo como en los cinco años anteriores [Gómez es secretario general desde 2007]. Yo no. Es el momento del cambio. Hay que cambiar esta dirección para sumar y volver a gobernar Madrid. Hay que avanzar para gobernar”, proclamó la candidata. “No pasa nada por fallar, todos somos humanos, pero hay que tener en la cabeza la responsabilidad de decidir si queremos seguir fallando o no”, prosiguió Sánchez Acera. Su marido, también licenciado en Económicas, le sujetaba en las últimas filas el abrigo y el bolso, mientras los balbuceos de algunos críos le daban un aroma moderno al encuentro.
“Los socialistas queremos un Madrid democrático, por eso apuesto por el socialismo de siempre, porque nuestros valores y principios vienen del siglo XIX y tienen que seguir siendo una roca, pero la sociedad ha cambiado. No podemos hacernos aislarnos, el partido no puede ser la máquina que nos pare”, afirmó arrancando varias ovaciones, en una crítica con guante de seda a la gestión interna que un amplio sector del PSM reprocha a Gómez.
Hubo más. Como la referencia indirecta a la gestión de Parla, ayuntamiento para el que se queda corto decir que está en números rojos: “Administrar el dinero público es una responsabilidad, y hay que hacerlo pensando en el que viene, que después vendrán otros que tendrán que tener recursos para seguir haciendo medidas de progreso. O la presencia de Trinidad Rollán, secretaria de organización del PSM pese a estar condenada por prevaricación: "Hay que actuar con ética para que la calle crea en nosotros". O a las redes sociales: “No podemos usar Twitter en campaña y después abandonarlo... Podemos tener muchos amigos en la red, pero si no les dices nada… Donde no hay mata no hay patata”, prosiguió, en una alusión evidente a la cuenta @contigotomas, inactiva desde hace 273 días. Y otra más: la pérdida de activistas. “¿Cómo es posible que solo tengamos 18.000 militantes con siete millones de habitantes en la Comunidad? ¡Hay que sembrar el socialismo en Madrid!”, esgrimió. En 2006, un año antes de que Rafael Simancas dimitiera como secretario general, había 30.000 militantes socialistas en la región.
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