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“Es un milagro que sigamos vivos”

El Centro Dramático acaba con la incertidumbre y anuncia producción propia para este año Las compañías reclaman a la Administración 1,2 millones de deuda

La directora del Centro Dramático Galego, Blanca Cendán
La directora del Centro Dramático Galego, Blanca CendánANXO IGLESIAS

“Estamos intentando mantener la actividad, a mí lo que me duele es que se diga que no se hace nada”, lamenta Blanca Cendán. “Yo estoy contenta: 2012 se presentaba terrible y al final la realidad es dura, pero hay esperanza. El barco no va a la deriva”. A finales de septiembre, la directora del Centro Dramático anunció que la nueva temporada de la compañía pública se presentaría en octubre. “Intentaremos sacar una nueva producción, no tan grande como A ópera dos tres reás, y dos coproducciones”, adelantó entonces, con cierta reserva, la responsable del teatro institucional. Con el último presupuesto conocido del CDG, los 400.000 euros de 2011. Lo justo para una producción y mantener la actividad, en Santiago, del Salón Teatro, cerrado hasta junio.

Cinco meses después y una renovación en la Consellería de Cultura mediante, cuando desde el sector se temía un año en blanco —la última función de A ópera dos tres reás fue en Narón el 1 de octubre—, la directora del CDG confirmó ayer a este periódico que el teatro público sí montará obra propia en 2012. Dirigida por Andrés Lima, uno de los motores de Animalario, y basada en cuatro relatos breves del dramaturgo y cineasta estadounidense Neil LaBute. Al final, la temporada 2011-12 del Centro Dramático se presentará, según precisó Cendán, el 8 de marzo.

Escena Galega: “Si al final hay ayudas este año, nadie sabe si las cobrará”

“Están cerrando hospitales y está pasando lo que está pasando; que sigamos vivos con la que está cayendo es un milagro”, reflexionó Cendán. También para dimensionar la importancia que tiene ahora mismo, en su opinión, que la compañía pública tenga producción propia: “Lo que se intenta en un momento de crisis es dar cobertura a todo el entramado teatral; una producción sirve para emplear a 15 actores, y eso no se puede hacer a día de hoy”. Para ajustar el montaje de Lima a las arcas del CDG, “probablemente haya que reducir la gira”, reconoció. Hubo suerte hasta con la disponibilidad de Andrés Lima. Según Cendán, antes de los cambios en el organigrama de Cultura el cálculo era empezar los ensayos este mes y estrenar en junio. Ahora las pruebas comenzarán en verano y el montaje se presentará, presumiblemente, en septiembre.

“El Centro Dramático debe hacer pública la programación antes de terminar el trimestre, pelear el presupuesto y pedir lo que se necesita”, demandaban ayer desde la Asociación de Actores y Escena Galega, el colectivo que engloba a las compañías. Remarcando que son los montajes propios los que dan sentido al teatro público: “Jamás estuvo el CDG sin producción propia hasta que entró este nuevo Gobierno”, criticó Antonio Durán, Morris, en alusión a los siete meses que vivió descabezado el teatro institucional tras la destitución de Cristina Domínguez. El único montaje propio que se estrenó en ese período, As actas escuras, venía del bipartito.

Con las ayudas a la actividad escénica pendientes de publicarse en marzo, la compañía pública no es la única preocupación del sector ahora mismo. Según los cálculos de la asociación de compañías, lo que les adeuda Industrias Culturais, entre funciones de la Rede Galega de Teatros —600.000 euros del último semestre de 2011—, anticipos —400.000 euros— y ayudas a la distribución —180.000 euros— asciende a 1,2 millones de euros. La cifra que reconocía la Axencia Galega das Industrias Culturais, por boca de su director, Juan Carlos Fasero, a comienzos de enero, son 400.000 euros. “Nos estamos centrando en intentar cobrar, pero en este momento no tenemos certeza ni de que vayan a convocar las ayudas”, según el balance de Salvador del Río, presidente de Escena Galega “Y si al final las convocan, nadie sabe si las cobrará”.

El oficio, todavía en compás de espera, no descarta otras medidas de presión. Lo resume Morris: “¿Movilizaciones? La escena no va a diferenciarse del resto de la sociedad”.

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