Sánchez-Camacho gana poder en el PP tras proclamar que manda en Cataluña
La dirigente catalana sustituye a Arias Cañete al frente del comité electoral
Alicia Sánchez-Camacho culminó ayer su mejor semana desde que preside el Partido Popular (PP) de Cataluña. La dirigente conservadora logró el reconocimiento interno de su partido a nivel nacional tras haber culminado con éxito la negociación de los presupuestos catalanes con Convergència i Unió (CiU). El congreso del PP celebrado ayer en Sevilla situó a Sánchez-Camacho al frente de un cargo sensible como es el de presidenta del comité electoral. Lo hizo en un congreso dominado por la euforia y en el que Sánchez-Camacho aprovechó todas las tribunas que le prestaron para dejar claro que ha sacado al PP catalán del ostracismo y que, gracias a la debilidad del Gobierno de Artur Mas tiene poder de decisión en Cataluña.
La presidenta del PP catalán aseguró en el cónclave sevillano que su formación cuenta “cada vez más” en Cataluña y no dudó en destacar su propia labor al asegurar que manda en esta comunidad. “En Cataluña, el PP de España decide la gobernabilidad gracias a nuestras propuestas, y eso nos llena de orgullo porque somos catalanes y españoles, y porque el PP cuenta, y cada vez más, en Cataluña”, afirmó con rotundidad. En su intervención, la dirigente popular presumió de que su partido dice lo mismo en toda España, e incluso se permitió lanzar advertencias a los sectores soberanistas de CiU. “Ante los que quieren dividir, el PP va a defender siempre una Cataluña plural y española”, proclamó.
Malestar en CiU
La actitud de Sánchez-Camacho, rozando a veces la teatralidad, ha tenido recompensa. No estará en el núcleo duro de Mariano Rajoy, pero sí en un cargo importante en cualquier partido como es la presidencia del comité electoral, el organismo que tiene que dar el visto bueno a las listas. Hasta ahora el titular del puesto era alguien de la máxima confianza de Mariano Rajoy: el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. El PP catalán ha visto incrementada su representación en el comité ejecutivo con un miembro más, con la incorporación de la diputada por Barcelona y vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados, Dolors Montserrat; del jefe del gabinete del presidente del Gobierno, Jorge Moragas, y del ministro del Interior, Jorge Fernández.
El ímpetu de Sánchez-Camacho y sus denuncias del creciente soberanismo de CiU no se vieron acompañados en ningún caso de ninguna advertencia seria de dejar de apoyar a los nacionalistas. Y es que, pese a que la presidenta del PP catalán presume de libertad de actuación, sus continuos apoyos al Ejecutivo de Artur Mas tienen mucho que ver con el apoyo cerrado que los nacionalistas catalanes están dando a las impopulares reformas que lleva a cabo el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Ortega tiende la mano
Pero en Convergència i Unió molesta cada vez más lo que consideran una gesticulación excesiva de la presidenta del PP catalán. A diferencia de lo que ocurría cuando los populares daban apoyo al Gobierno de Jordi Pujol, ahora el presidente Artur Mas no levanta nunca la voz para limitar el protagonismo de Sánchez-Camacho. Tras una semana de exhibición permanente de poder por parte del PP catalán, incluida la cláusula secreta en el pacto presupuestario que permitirá a Sánchez-Camacho decidir sobre los futuros recortes, ayer comenzaron a salir del Gobierno tímidas voces para equilibrar la situación.
La vicepresidenta catalana, Joana Ortega, tuvo que recordar a Alicia Sánchez-Camacho, que CiU es la que gobierna en Cataluña. “Lo importante es que esta gente sabe que en Cataluña gobierna CiU, con una idea muy fija y muy clara de país, con unos objetivos muy claros y sobre todo con una voluntad de mano tendida que ha demostrado desde el primer momento”, destacó.
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