Los reflejos de la Tacita de plata

El rastro de Cádiz en Madrid se esconde al visitante. En calles estrechas y zonas alejadas se ocultan rincones que tienen el secreto de la esencia de la ciudad más antigua de Occidente. Con el eco de los carnavales gaditanos aún de fondo —esta noche es la gran final en el Teatro Falla—, estos son los lugares de la capital que recuerdan a la Tacita de plata.

La fritura gaditana es una ciencia. No la hace cualquiera. Es posible comer auténtico pescaíto frito en Madrid, pero hay que acercarse hasta la calle de Tres Peces, donde Ángel y María tienen una taberna que bien podría estar en el barrio de La Viña. La Caleta abrió hace dos años y medio, y cada fin de semana tiene que dejar clientes fuera. “Lo bonito del bar es que todo el mundo acaba siendo amigo”, dice María. El bar incita a ello: solo siete mesas y una zona de barra en la que no cabe un alfiler los sábados. Bienmesabe —cazón en adobo—, ortiguillas —una anémona frita “con un fuerte sabor a mar”—, ostiones fritos —una ostra rizada—, tortillitas de camarones… Todo pasado por harina de garbanzo y trigo traída del sur — “el secreto de una buena fritura”—, como todo lo que hay en La Caleta, desde el queso payoyo a los vinos tintos, pasando por el membrillo de Grazalema. Ahora buscan un chef que añada los guisos gaditanos a la carta, como papas con chocos o garbanzos con langostinos. “La cocina de Cádiz no la hace todo el mundo: una fabada o un cocido se come en todos lados, pero unas papas con chocos solo se comen en Cádiz”, comenta.

En La Latina, otra taberna trae a la capital la frescura del mar de Sanlúcar de Barrameda. Sanlúcar (San Isidro Labrador, 14) tiene en su carta langostinos traídos de la desembocadura del Guadalquivir, montaditos de pringá o huevas de merluza aliñadas, acompañadas de la mejor manzanilla.

Para aquellos que quieran disfrutar de lo mejor del carnaval gaditano sin salir de Madrid, tendrán que esperar a junio. El teatro de San Fernando de Henares se creerá el Gran Teatro Falla por unas horas, cuando comience el II Festival de chirigotas y comparsas de Madrid, organizado por la asociación Sanfercai. Esta idea nació como una apuesta arriesgada de dos contables, Rubén y Javier, que querían traer la poesía urbana gaditana a la Comunidad. “Para los que no conocen el carnaval, van a echar la moneda y a llevarse el premio”, explica Rubén, que admite que escuchan chirigotas y comparsas todo el año en el coche. El año pasado casi llenaron el teatro con la chirigota de Antonio Pedro Serrano, el Canijo, que se llevó el primer premio de su categoría en el concurso de agrupaciones. Este año traen a otro de los grandes, la chirigota de José Luis García Cossío, el Selu, que han puesto al Falla en pie con Viva la Pepi, su representación de las limpiadoras del Oratorio gaditano de San Felipe, donde se firmó La Pepa, la Constitución de 1812. Esta noche Cádiz abre la fiesta con la gran final, pero para los que no puedan estar, tienen en Madrid un trocito de la ciudad andaluza.