Cientos de personas celebran el fin de ETA en Bilbao
Gesto ensalza el papel “protagonista” de las víctimas
Desde "Pakea zure eskuan dago" (La paz está en tu mano) hasta "Lortu dugu" (Lo hemos logrado) ha pasado un cuarto de siglo de movilizaciones contra ETA de Gesto por la Paz, la organización de ciudadanos que ayer celebró su última manifestación, la primera en Euskadi para celebrar el fin de ETA tras tres meses desde que la banda anunciara su final.
Una decena de pancartas rescatadas de convocatorias anteriores encabezaron la manifestación ayer en Bilbao, en la que participaron alrededor de 2.000 personas. La marcha silenciosa discurrió a través de la Gran Vía de la capital vizcaína en un ambiente en el que se palpaba la emoción contenida.
“Pasarán tres generaciones para que se cierren las heridas”
En su último comunicado tras una manifestación, Gesto por la Paz ensalzó el "protagonismo capital en nuestra memoria" de las víctimas, la "única verdad viva del discurso del terror, son el efecto irreparable, el resultado sin remedio". Gesto defendió "por encima de todo, las bases éticas del estado de derecho como requisito irrenunciable para nuestra convivencia en paz" y aseguró que tanto ETA como la izquierda abertzale deberán preguntarse “para qué ha servido el sacrificio de tantas vidas”.
Entre los participantes en la marcha, en su mayoría personas de más de 50 años, Fidel, un hombre de Bilbao que prefiere mantener en secreto su apellido, explica la importancia de Gesto por la Paz en una época en la que quienes censuraban a ETA recibían desde lluvias de tuercas hasta amenazas e insultos. “Todos estábamos muy agachados, pero salimos a la calle y desde entonces hemos aguantado carros y carretas; nos han hecho correr, sí, pero nosotros a ellos también”.
“Hará falta tiempo”
Entre los cientos de manifestantes que ayer recorrieron la Gran Vía de Bilbao, Mariluz Astigarraga se muestra aliviada y convencida de que realmente no harán falta más manifestaciones de Gesto por la paz. Vecina de Galdakao, Astigarraga señala que en su pueblo los integrantes de Gesto por la paz lo han pasado “muy mal”. “Nos han hecho fotos, nos han tirado monedas mientras nos manifestábamos”, relata. “Eran vecinos de escalera, amigos e incluso familiares los que estaban allí”, en la pancarta contraria.
Ayer al atardecer caminaba tranquila, mientras explicaba que la última manifestación ha sido la única en la que han podido “disfrutar”. Eso sí, Mariluz señala que “no se olvida” tan fácil. “Hará falta tiempo”.
Es inevitable tanto para él como para otros muchos manifestantes no recordar situaciones de tensión y choques con vecinos que defendían la violencia de ETA. “No éramos afiliados a partidos, solo personas que queríamos que nos respetaran y respetar a los demás”, simplifica.
Fidel se reconoce “escéptico” cuando lanza una mirada al futuro y asegura que “ojalá me confunda, ojalá esta sea de verdad la última manifestación de Gesto por la Paz”. Y añade: “antes de que pasen tres generaciones, será imposible cerrar todas las heridas, lo importante es no enseñar el odio a los niños”.
El ararteko, Iñigo Lamarca, presente en la marcha, destacó el “valor incalculable” de los pasos dados por Gesto por la Paz a la hora de sacar a la calle la reivindicación de “los valores éticos y el apoyo a los derechos humanos”, creando “los mimbres para hacer posible el gesto mágico del principio del fin de ETA”. Por todo ello, defendió que la organización pase a la historia de Euskadi “con letras de oro”.
El lehendakari, Patxi López, que acudió acompañado por un amplio grupo de dirigentes socialistas, señaló que Gesto por la Paz "simboliza como nadie la resistencia cívica de la sociedad vasca, muchas veces callada”. López criticó que la izquierda abertzale perdiera ayer, con su ausencia en la marcha, una oportunidad para avanzar en “convivencia” y señaló que es “la propia izquierda abertzale que, seguramente, es la que más camino tiene que recorrer”.
El exlehendakari José Antonio Ardanza, que cerró la manifestación junto al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, relató que “cuando muchas veces entre los partidos teníamos nuestras diferencias y nuestros problemas, Gesto siempre estaba al frente para ponerse la pancarta [...] para que se visualizara una unanimidad entre los demócratas.
Desde el PP, Iñaki Oyarzábal recordaba a “los que no están, a las víctimas, a los exiliados”. Algunas víctimas también acudieron al acto, como la viuda de Fernando Buesa, Natividad Rodríguez, así como sindicatos, el presidente del Tribunal Superior y Paul Ríos, de Lokarri.
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