Un camino que llega al siglo IV
El trío de música antigua Khantoria lleva a un disco su investigación del origen del ‘Cantar de Bereterretxe’, una composición popular de hace 600 años
El Cantar de Bereterretxe está vivo en los cancioneros populares del País Vasco francés. En los pueblos de Zuberoa se sigue cantando la vieja balada de seis siglos de historia, compuesta al estilo gregoriano. El trío de música antigua Khantoria, formado en 2010 en el País Vasco, ha realizado una investigación sobre los orígenes del cantar que se retrotrae hasta el siglo IV. Las piezas con la misma melodía que recorren la Europa medieval, desde Rouen al monasterio burgalés de Las Huelgas, han sido reunidas por Khantoria en el disco Bereterretchen oinatzak (“Las huellas de Bereterretchen”).
La investigación de Khantoria plantea que la melodía inicial del Cantar de Bereterretxe se basa en un himno de Pentecostés de la liturgia ambrosiana, uno de los ritos cristianos medievales, datado en el siglo IV.
La tesis que defiende plantea que la melodía fue heredada en el tiempo por los himnos eclesiásticos hasta llegar a Zuberoa en el siglo XV e integrarse en el Cantar de Bereterretxe, el relato de la muerte del caballero Bereterretxe en Mauleón. “La liturgia cristiana adaptaba las melodías existentes a las nuevas necesidades. Las composiciones se iban creando con retales de música antigua a los que se daba nueva forma”, explica Ander Berrojalbiz, componente de Khantoria.
Junto a Berrojalbiz, intérprete de violín barroco y profesor de este instrumento y de Historia de la música en el conservatorio de Durango, forman Khantoria Maider López (viola) y Virginia Gonzalo (clave y órgano).
La liturgia católica reutilizaba la música en nuevas composiciones
El primer trabajo del trío se centró en la música de Tomás Luis de Victoria. Tres glosas sobre motetes aparecidas en 1594, en vida del compositor, se contextualizaron en sus conciertos con obras de Monteverdi y Palestrina, entre otros, interpretadas con instrumentos originales y técnicas de interpretación históricas. El programa trataba de mostrar “la belleza de la música de transición entre el Renacimiento y el Barroco”.
La grabación de Khantoria inspirada por el cantar de Zuberoa arranca cronológicamente con el himno del siglo IV y pasa por una composición de 1200 con orígenes alaveses, y otra pieza posterior, datada en el siglo XIII en Rouen. Antes de Bereterretchen khantoria, el trabajo se detiene en Verbum Patris hodie, una partitura del monasterio de Las Huelgas del siglo XIV.
El disco de Khantoria supone también una reivindicación de los instrumentos de cuerda en la música de tradición popular en el País Vasco. Berrojalbiz lamenta que en las últimas décadas hayan quedado totalmente apartados. “Tenemos referencias escritas sobre la presencia de los instrumentos de cuerda en la corte de Navarra del siglo XIV. Más tarde los encontramos en los procesos por brujería y ya entrado el siglo XX, los violines se utilizaban en las romerías”, explica. “En la música popular vasca el foco se ha puesto en otros instrumentos más característicos, como el txistu, el tamboril, la alboka o la trikitixa, y los instrumentos de cuerda desaparecieron”.
Bereterretchen oinatzak se pondrá a la venta en las actuaciones en directo de Khantoria, en las que ofrecen explicaciones que acercan el programa a un público no especializado en música antigua. “El disco es el registro sonoro de nuestra investigación”, destacan los músicos. La grabación y las actuaciones incluyen también canciones populares vascas, de origen medieval, como Haika mutil. “Tienen en común con la liturgia medieval que cantan una sílaba por cada nota y no tienen estribillo”, explica Berrojalbiz.
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