Las renuncias dejan la cantera parlamentaria del PP bajo mínimos
La siguiente en la lista por A Coruña es una díscola enfrentada a la dirección
Las renuncias de conselleiros, alcaldes y otros cargos del Gobierno y las recientes dimisiones de los diputados Pablo Cobián y Javier Escribano, imputados en supuestos casos de corrupción, han dejado sin cantera al PP coruñés para el Parlamento gallego. Por la circunscripción de A Coruña, la última en entrar en la Cámara para sustituir a Escribano tras su repentina renuncia, ha sido la número 24 en la lista provincial, la edil de Corcubión Gema Freire Insua. Y eso a pesar de que en esta provincia fueron 12 los diputados elegidos bajo las siglas del Partido Popular en marzo de 2009. Con Freire Insua, la dirección del PP coruñés da por finiquitados los relevos en el hemiciclo cuando falta un año (si no hay adelanto) para los próximos comicios autonómicos.
Salvo hecatombe, no saldrá ni entrará nadie porque lo contrario no solo supondría tirar ya de los candidatos reserva del PP coruñés sino arriesgarse a poner en peligro la mayoría absoluta en el Parlamento y, con ella, la presidencia de la Xunta. Ese es el convencimiento al que ha llegado la dirección provincial, capitaneada por el alcalde coruñés, Carlos Negreira, y su segundo en el PP provincial, Diego Calvo, además, presidente de la Diputación. Los miedos de los dirigentes populares tienen su antecedente en un episodio sucedido en vísperas de las pasadas municipales de mayo en Arzúa. En este municipio gobernado por el Bloque, la decisión de la dirección provincial de designar candidato a Armando Cascón, locutor y director entonces (y ahora) de la radio municipal y que, según conversaciones grabadas, intentó chantajear al exregidor nacionalista Xaquín García para favorecerlo en los boletines de noticias locales -el juzgado no vio delito en aquellas prácticas-, apartó a la que fue portavoz municipal del PP durante casi tres años de la legislatura pasada, Leyre Aldasoro.
Aldasoro ni siquiera llegó a ser incluida en la candidatura popular de Arzúa, lo que propició su enfrentamiento con Negreira y Calvo. Semanas antes de la cita con las urnas, cuando supo que no iba a ser cabeza de cartel en su pueblo, Aldasoro tomó la decisión de dedicarse por entero a su trabajo en la empresa privada y se apartó de la política municipal. Sucede que dos años antes, en marzo de 2009, Aldasoro había sido incluida de segunda entre los cinco puestos de reserva para la candidatura por A Coruña de las autonómicas que auparon a Feijóo a la presidencia de la Xunta. Y que ahora al correr la lista después de que hayan renunciado 11 diputados y de que otro candidato se negase a tomar posesión, si hubiera un relevo más en la circunscripción de A Coruña, el escaño sería para ella. Eso o que el primer reserva, el alcalde de Boiro, Juan José Dieste, renunciase a sus responsabilidades en el Gobierno municipal de O Barbanza para sentarse en el Parlamento gallego, puesto que ambos puestos son incompatibles según la legislación autonómica.
Semejante escenario ha llevado a la dirección provincial del PP y al propio portavoz parlamentario, Pedro Puy, a la conclusión de que no caben nuevas remodelaciones en la bancada del PP por esa provincia. Un mandato que propició que el propio Puy, un dirigente muy bien considerado por el presidente, Mariano Rajoy, ni siquiera fuese tenido en cuenta en las quinielas para el Gobierno de Madrid, al que sí emigraron (aunque al segundo escalafón) las exconselleiras de Sanidade, Pilar Farjas, y de Facenda, Marta Fernández Currás.
Por idéntico motivo, Feijóo ni siquiera llegó a contemplar la idea de dar entrada a Puy en la crisis de Gobierno que se produjo durante la última semana de diciembre y la primera de enero, para fortalecer el área económica, pese a ser la persona que más influye en este campo.
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