Dos formas distintas de llegar a la meta
El Athletic ha conseguido jugar dos finales de Copa en tres años, con dos estilos diametralmente opuestos
No hay dos partidos iguales, ni dos torneos iguales. Por eso el Athletic ha alcanzado nen tres años dos finales de Copa, sui torneo favorito, de modos diametralmente opuesto y con dos entrenadores absolutamente distintos, Caparrós en 2009, y Bielsa en 2012. Los caminos también fueron opuestos. El nivel de dificultad, a juzgara por la categoría de los rivales, fue mayor para Joaquín Caparrós, que solo tuvo un rival “inferior”, el Recreativo, y tres de su misma competición (Osasuna, Sporting y Sevilla). Todos los partidos se resolvieron con marcadores apretados, curiosamente salvo el último escollo, el del Sevilla al que el Athletic goleó 3-0 en San Mamés, cuajado Bilbao se echó a la calle para acompañar el corto trayecto que separaba el hotel de concentración del estadio de San Mamés. Fueron miles y miles de personas que espontáneamente rodearon el autobús rojiblanco, que circulaba con dificultad, reviviendo una escena de otra época, cuando Madrid estaba tan lejos que parecía una odisea.
El fútbol directo del Athletic de Caparrós, sin arabescos, entregado y muy físico, rompió una travesía de 24 años sin disputar una final de Copa, el torneo más amado en la capital vizcaína, desde aquella final perdida en 1985 frente al Atlético. Un cuarto de siglo era demasiado tiempo para el club que más sueña con la Copa. La final de Valencia, perdida (4-1) frente al Barça coleccionista de títulos, rearmó el espíritu de Caparrós, querido por muchos, pero discutido por otros por su metodología futbolística. Tres años después, un estilo absolutamente distinto, el de Marcelo Bielsa ha obtenido el mismo premio, aunque el argentino ya ha alertado que “el objetivo no es jugar una final, sino ganarla” y ha declinado posicionarse sobre su rival favorito para la cita de mayo. “No me corresponde a mí pronunciarme sobre a quien prefiero como rival”, dijo en la madrugada del miércoles con la calma que le caracteriza, mientras Bilbao bullía apasionada.
Ciertamente, el trayecto ha sido más liviano en esta ocasión en la que el Athletic ha tenido que superar a tres rivales de Segunda B (Oviedo, Albacete y Mirandés) y solo uno de Primera, precisamente el Mallorca de Caparrós. Pero no es menos cierto que tanto Albacete como Mirandés se quitaron de en medio a presuntos oponentes del Athletic, como el Atlético, Villarreal y Espanyol.
El Mirandés, la revelación de la Copa, ha sido el único equipo capaz de hacerle gol (tres) al Athletic en toda la competición. Curioso un equipo ultraofensivo como el de Bielsa que apela “a la nobleza frente a la especulación”, como dijo el técnico argentino tras encajar el tercer gol del Espanyol el sábado en el último minuto tras presionar al portero rival con tres futbolistas. “La mejor manera de defender es demostrarle al rival que atacarás hasta el final”, dijo Bielsa.
Bielsa ya ha alertado que “el objetivo no es jugar una final, sino ganarla” y ha declinado posicionarse sobre su rival favorito para la cita de mayo
Con dos idearios distintos, directo el de Caparrós, combinativo el de Bielsa, pero en ambos casos exigente en el derroche energético, el Athletic ha alcanzado su principal objetivo, su 37ª final de Copa y la posibilidad de elevar a 25 sus títulos conseguidos. Si no, serán 14 medallas de finalista.
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