Cultura considera “insostenible” la red municipal de normalización del gallego
Valentín García propone fusiones tras el cierre de 16 servicios en el último año
“El futuro de los servicios lingüísticos de los Ayuntamientos se perfila parejo al de muchos otros que hoy se prestan en las entidades locales; no conviene perder de vista que la planta municipal de Galicia debe reformularse en mayor o menor medida”. Si no fuese por esta última vacilación, la sentencia del nuevo secretario general de Política Lingüística, Valentín García Gómez, habría sido taxativa ayer en el Parlamento. Rápidamente se encargó de aclararla. “¿Usted cree que una localidad con menos 3.000 habitantes, o incluso más, puede sostener un servicio de normalización?”, le preguntó al diputado nacionalista Bieito Lobeira en su primera comparecencia en comisión. “Eso solo se puede mantener mientras sigamos metiéndole dinero a espuertas”, se contestó.
El grupo parlamentario nacionalista quería saber por qué el año pasado “se cerraron” los servicios de normalización lingüística de Aranga, Arzúa, O Barco de Valdeorras, Barreiros, Cabana de Bergantiños, Cariño, Cerceda, Dodro, Malpica de Bergantiños, Mesía, Monfero, Oroso, Quiroga, Santiso, Vilasantar y Zas. Bieito Lobeira lo atribuye a la “política consciente de asfixia económica” en la que enmarca la suspensión, primero, y el “recorte brutal”, después, de las ayudas públicas a estas unidades de promoción del gallego. “Ningún Gobierno gallego en la autonomía se había atrevido a tanto”, añadió el diputado.
Cuatro meses después de cancelarla, la Secretaría Xeral de Política Lingüística recuperó en enero su línea de subsidios para entidades locales. Lo hizo, según recogía el Diario Oficial de Galicia (DOG), con una partida de 520.000 euros. Eran 100.000 más que en la convocatoria anterior, publicada en marzo y suspendida en septiembre, pero también cubrían un periodo mayor de tiempo: entre el 1 de enero de 2011 y el próximo 15 de octubre, exactamente un año más. Contar con más de 3.000 habitantes es condición indispensable para optar a una de esas ayudas.
Valentín García se presentó en el Parlamento como un “municipalista convencido” y dedicó sus primeros minutos ante la comisión a agradecer adhesiones y ponderar la labor “fundamental” de los servicios municipales de normalización. El BNG lo había emplazado a comparecer “sin mentiras”, o al menos sin las mentiras que le reprocha a su predecesor en el cargo. A ojos de Lobeira, Anxo Lorenzo “ejecutaba sin escrúpulos la política agresiva del PP” y tenía, dijo, “razones de sobra para haber dimitido”. Desde el pasado 4 de enero, Lorenzo es secretario general de Cultura.
Aunque la convocatoria sigue abierta y según la Consellería de Educación e Cultura se van a abrir nuevas unidades, Valentín García Gómez confesó que no puede garantizar que esos 16 Ayuntamientos vayan a recuperar las suyas: “Esto es un mal endémico de los servicios de normalización desde su creación, no se lo ha inventado este gobierno. Los llamamos servicios guadiana, porque aparecen y desaparecen según la subvención”. Para conseguir “estabilidad”, el secretario general de Política Lingüística propone mancomunar el servicio entre varios ayuntamientos, retocar el mapa municipal y confiar en la Rede de Dinamización Lingüística, de la que ha sido responsable. Al BNG, desde luego, no le ha parecido creíble.
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