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FÚTBOL | SEGUNDA DIVISIÓN

Aspas agita, Orellana decide

El Celta llega a la segunda plaza a expensas de que el Valladolid no gané hoy al Nàstic

Fue un recurso de jugador superlativo, metió el empeine exterior, quizás la única posibilidad de golpeo para que la pelota tomara la dirección correcta, apurado como estaba por un defensor. Fabian Orellana tiene esas cosas, futbolista de luces y sombras, pero a la postre de vital importancia en el devenir del Celta esta temporada. El chileno desatascó un envite que tenía pinta de complicarse para el equipo que prepara Paco Herrera, técnico y pedagogo, insistente en la labor de adoctrinamiento del mediapunta para poner su talento al servicio del colectivo.

Orellana decidió con su gol un partido exigente ante un rival que en lo que va de temporada sólo había caído en dos de sus once visitas anteriores. Tampoco es que el Murcia fuera el Manchester United por más que la equipación lo recordara, pero planteó varios problemas porque se agrupó, redujo espacios y trabajó bien en los flancos para detener los desdoblamientos que busco por ahí el Celta. De Lucas o los laterales sufrieron, también Álex López, siempre incomodado para jugar la pelota, pero a cambio emergieron otras individualidades. Oubiña estuvo impecable como zapador, atento a las ayudas, veterano. Y Aspas, que tuvo continuidad en el once inicial, ejerció de agitador. Siempre que esté centrado en el juego y en crecer como futbolista su aportación resulta capital porque la imaginación ofrece buenos dividendos en una categoría a veces tan plana como la Segunda División. Ayer se mostró siempre, primero como delantero, tras el descanso unos metros más atrás porque, por una vez, Herrera decidió trocar posiciones y que Mario Bermejo regresara a su origen como punta. Hubo un tramo de la temporada en el que el cántabro realizó una labor impagable en una posición a la que no estaba acostumbrado, pero en un contexto de fútbol combinativo como el que ahora intenta el equipo en ocasiones se demanda un mediapunta más sutil.

Herrera tomó decisiones en el descanso. Por el camino había tenido que gastar una sustitución por lesión de Yoel, desafortunado en un saque de puerta que acabó en rotura fibrilar justo cuando enfilaba plusmarcas de imbatibilidad. Así que puestos a rectificar mejor hacerlo sin mirar al banquillo y Aspas, que ya había mandado en el minuto 18 una rosquita al palo, necesitaba tocar la pelota más a menudo. Al final a Herrera no le convenció la variante porque entiende que el talento de Moaña se desordena cuando baja a la mediapunta, pero lo evidente es que desde allí encontró más socios. Con Álex López y Hugo Mallo tejió la jugada del gol y ya en ventaja en el marcador siempre se mostró para guiar las contras. Pudo sentenciar en ellas el Celta porque el Murcia arriesgó en busca del empate, pero apenas se acercó con sendos disparos lejanos de Sutil y Chando. Volvió el balón al palo tras un remate de Bermejo y se resolvió mal en el área de Alberto varias situaciones de superioridad. Y el tanteador apretado genera alertas. “Reculamos demasiado”, criticó Oubiña tras el partido, pero el repliegue no conllevó angustia y Sergio, el reemplazo de Yoel, apenas tuvo opción de mostrarse en una victoria que dejaría al Celta en puesto de ascenso cuando acabe la jornada siempre que el Valladolid no supere al Nástic esta tarde en el Nuevo Zorrilla.

Una lesión frustra la racha de Yoel

Dejó el campo al borde de las lágrimas, dolorido en lo físico por una lesión muscular en el cuadriceps, en una zona delicada, la de golpeo, pero también dañado en el corazón por la fatalidad, por tener que cortar una racha que le sitúa entre nombres granados de la historia de la portería celeste. Yoel Rodríguez se quedó a seis minutos de la marca de imbatibilidad de Pablo Cavallero, la tercera en la historia del club. Podrá superarla cuando regrese, pero ya no lo hará de manera consecutiva y pasarán como poco tres semanas. “La lesión es en una zona que hay que curar bien porque las recaídas son peligrosas”, aconseja el técnico Paco Herrera, que es gráfico a la hora de definir la situación. “Es una putada”.

La lesión de Yoel da vuelo a Sergio, otro meta joven en el que el entrenador deposita su confianza. “Por ahí estamos tranquilos porque es un portero que estaba escondido, pero que en apenas unos minutos ya ha demostrado sus condiciones”. El escalafón corre y será Rubén Blanco, de apenas 16 años de edad, el que ocupará el banquillo del Celta durante las próximas semanas. Mientras tanto, al margen de quien ocupe la portería, el equipo sigue sin encajar gol y encadena siete jornadas virgen.

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