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música

Maria de Medeiros y su “canción protesta indignada”

La actriz portuguesa, residente en Francia, presenta su nuevo disco el martes en Madrid

La actriz y cantante María de Medeiros.
La actriz y cantante María de Medeiros.PEDRO FERREIRA

Afrancesada, políglota, risueña y sin perder su expresión de dulce niña traviesa, Maria de Medeiros (Lisboa, 1965) ha vivido varias vidas en una. Primero, la infancia en Austria tocando el violonchelo; luego, vuelta a Portugal a los 10 años, “para dejar la música por la revolución de los claveles”; y después, hace 17 años, París, la alegre París: “El sitio donde insulto conduciendo, es decir, mi casa”, dice bromeando.

Madre de dos hijas francesas y pareja del catalán Agustí Camps, que es también el productor de sus trabajos, Medeiros habla seis lenguas y ha hecho casi de todo: actriz de cine (Henry y June, Pulp fiction, Huevos de oro y otras 60 películas más), pero también directora (Capitanes de Abril, y varios títulos más de ficción y documentales), teatro, musicales y, últimamente cantante, letrista y compositora.

Tras grabar en 2007 A little more blue, una recopilación de canciones de la resistencia contra la dictadura brasileña, publicó su segundo álbum, Penínsulas & Continentes, en 2010. Y ahora llega el tercero, Pájaros eternos, que estrena el martes con un concierto en el teatro Bellas Artes. “Esta es la primera vez que compongo música y escribo letras, y ha salido un disco muy ecléctico, una especie de cámara de fotos que va retratando influencias: fado, salsa, bossanova, flamenco, jazz…”, explica Medeiros sentada en un café de la imponente plaza del Palais Royal.

Esa mezcla se refleja también en la nómina de colaboradores: el flamenquísimo blues de Raimundo Amador convive con el sonido minimalista jondo de The Legendary Tigerman, el alias del músico portugués Paulo Furtado, con el que Medeiros hizo ya un homenaje a Jim Jarmush y con quien cantará por Tom Waits... Y además hay un homenaje a Garota de Ipanema, pero al revés (“una mujer madura le canta a un chico joven”), otro a la “impactante noche madrileña”, un poema de la gran poeta portuguesa Sophia de Mello Breyner Andresen con citas de Rimbaud…

El universo de Maria de Medeiros es grande y sugerente, y su voz siempre más cerca del susurro que del grito ha sido grabada y mezclado entre París, Córdoba (con el productor Fernando Vacas), Bruselas, Madrid y Paço de Arcos (Portugal). El primer single, titulado Nace el día en la ciudad, letra y voz de Medeiros, música de Raimundo Amador, que además toca la guitarra, suena como un suave estímulo para aguantar el duro chaparrón de la crisis: “Nace el día en la ciudad, / ya caminan los obreros, / se llenan las autopistas / de quien no tiene dinero… Se cortan los presupuestos, / se están cerrando fronteras, / se están surcando de ojeras / los ojos de mi gitano…”.

Aunque este tema es en castellano, Medeiros canta también en inglés, italiano, francés y portugués. “Soy una maniática de la traducción; amar para mí es traducir, esa es mi forma de apropiarme de las cosas. He traducido un poema de Moravia, Mi butto (me tiro), sobre una chica suicida que no acaba de suicidarse, y la Balada del Suicidio, de Pasolini… Muy adecuadas para estos tiempos de depresión colectiva”.

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Cada vez más acosados por los recortes, como casi todos, los creadores y los artistas cambian de oficio, compaginan trabajos temporales y precarios. “Lo único bueno de la crisis es que quedan los que de verdad necesitan expresarse, y en Francia todavía aguantas, porque la cultura está protegida y se cuida. Pero en Portugal y España es tremendo, creen que el Ministerio de Cultura es un atributo de la izquierda y lo suprimen. Pero la salud, la educación y la cultura deberían ser lo único intocable, porque sin esas tres cosas no se puede llamar democracia a las democracias”.

Ilustrado por Javier Mariscal, Pascal Rabaté y otros diseñadores, Medeiros define su disco “canción protesta indignada”: “Tenemos déficit de pensamiento. Seguramente alguien está pensando en los cambios que necesitamos. Pero no sabemos quiénes son ni dónde están esos pensadores. Indignarse es fantástico, pero debemos buscar juntos, repensar todo, y volver a las ideas, si no a la ideología. La crisis es solo una excusa para la involución conservadora, para cambiar las democracias por regímenes económicos. Hemos financiado entre todos las guerras de Estados Unidos. Los de las finanzas, aparte de no tener corazón, se equivocan sin parar y son totalmente impunes. Si al menos lo que dicen fuera sólido…”.

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