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"Me pegó un puñetazo en el vientre y me llevaron a una clínica a abortar"

La fiscalía eleva a 30 años de cárcel la petición de pena para el cabecilla Un policía relata en el juicio contra Clamparu la identificación de una menor obligada a prostituirse Asegura haber visto al acusado en la zona durante sus inspecciones

El rumano Ioan Clamparu, en la Audiencia Provincial de Madrid.
El rumano Ioan Clamparu, en la Audiencia Provincial de Madrid.EFE

La fiscal que acusa a Ioan Clamparu, Cabeza de Cerdo, de cinco delitos de prostitución, uno contra una menor y también de promover el aborto ilegal de esta elevó esta mañana dos años más su petición de cárcel para el presunto capo de la prostitución en Europa, que ahora se queda en 30 años. Esta petición se produce después de que durante la vista oral se leyeran las declaraciones por escrito realizadas por tres testigos protegidas, que hoy no estuvieron en la Audiencia Provincial de Madrid por encontrarse en paradero desconocido. En uno  de estos testimonios, una de las mujeres que estaban siendo en 2000 prostituida en contra de su voluntad en la Casa de Campo, destacó que también ella se vio forzada a abortar, al igual que le ocurrió a la menor conocida como Andrea: "Me pegó un puñetazo en el vientre y comencé a sangrar, y de ahí me llevaron a una clínica a abortar", aseguró esta mujer.

Otra de las mujeres, llamada Pepa, explicó que presenció el reparto de las meretrices: "Clamparu preguntaba los nombres a las mujeres, y uno a uno los escribía en papeles. Que introducía en una ensaladera. Después cada uno de los chulos sacaba un papel, y se le asignaba a las mujeres que les había tocado".

Estas declaraciones se llevaron a cabo durante la segunda jornada del juicio que se sigue contra Ioan Clamparu Cabeza de Cerdo en la Audiencia Provincial de Madrid, que ha arrancado con el testimonio de uno de los agentes responsables de la operación que acabó con la detención del considerado capo de la prostitución europea. En su testimonio, el policía ha narrado el momento en el que identificó en la Casa de Campo a Andrea [nombre ficticio de la testigo protegida que declaró ayer], de 17 años, que estaba trabajando de prostituta contra su voluntad para la red de Ioan Clamparu.

“La localizamos ejerciendo la prostitución. No dudó ni un minuto en subir al coche. Pero ahí no nos dice nada. Esta mujer estaba aterrada. Estuvo tres horas llorando sin parar. Y por eso no logramos una declaración coherente hasta tres horas después. Después no lo cuenta todo”, ha asegurado el agente en su declaración de esta mañana.

El policía ha explicado también el estricto control al que se veían sometidas las mujeres, que según una testigo eran más de un centenar: “Durante sus declaraciones recibían llamadas de teléfono de los integrantes de la banda. Era algo habitual, ya que estaban supercontroladas”.

La declaración de una agente puede llegar a ser importante porque, al ser preguntada por la fiscal sobre si había visto a Clamparu en la Casa de Campo durante sus inspecciones, contestó que "de cerca no, siempre de lejos sí”.

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Por su parte, uno de los peritos ha explicado que de la exploración de las mujeres detectó que se habían producido varios abortos, uno de ellos de una menor que había sido obligada a hacerlo, según sus testimonios.

Mientras la Fiscalía ha ampliado la petición de cárcel, la defensa pide la prescripción de los delitos de prostitución. El abogado defensor ha asegurado que no podía elevar el escrito de defensa por problemas en la vista y lo hará el próximo 9 de febrero.

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